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La marabunta de Brunete

El intento de sustitución del director de la banda municipal origina el caos político en el pueblo

Vicente González Olaya

La banda municipal ha tocado zafarrancho de combate en Brunete (2.600 habitantes). Los intentos del concejal Julio Fernández, del Grupo Independiente de Brunete (que gobierna en coalición con el PP), de sustituir al actual director musical, han provocado una enorme crisis política y han destapado el cruce de fortísimas acusaciones de corrupción entre casi todos los concejales.A causa de la trifulca, se ha preparado una moción de censura apoyada por todos los grupos de la oposición. Pero hay un problema: el alcalde del PP, Aquilino González, ha paralizado la moción, de momento, "por defecto de forma".

Los últimos gobiernos de Brunete nunca fueron demasiado estables, debido a las profundas diferencias políticas y personales existentes entre los 11 concejales de los cinco grupos que lograron representación municipal (Partido Popular, 4 concejales; Grupo Independiente de Brunete (GIB), 3; Coalición Independiente de Brunete (CIB), 2; Izquierda Unida, 1; PSOE, 1).

Por eso, el Partido Popular ha tenido que gobernar casi siempre en minoría o haciendo extrañas coaliciones, en las que se incluye durante casi un año al concejal socialista y al de Izquierda Unida. Sin embargo, desde julio del pasado año, el gobierno municipal parecía haberse estabilizado. Partildo Popular y GIB unieron sus fuerzas (siete concejales).

Pero la calma fue efimera. En noviembre, el número dos del GIB, Julio Fernández, pidió cambiar al director de la banda municipal. "Porque el actual responsable fue contratado a dedo y, además, cobra 100.000 pesetas mensuales, yendo sólo a trabajar dos horas a la semana", comenta Fernández. Este edil mantiene que sus deseos eran organizar un concurso público y la consiguiente contratación de la persona más idónea para el cargo. Como su propuesta no fue aceptada, Julio Fernández se pasó al Grupo Mixto.

El portavoz del GIB, Vicente Calderón, no ve así la situación. "Fernández se ha convertido en un tránsfuga porque no quisimos contratar como director de la banda a un amigo suyo. Curiosamente, la persona que propuso era cuñado de otro tránsfuga de mi grupo, Saturnino Juan Hernández".

Saturnino Juan también dejó el GIB, poco después que Fernández. "Quería que le hiciésemos concejal de Urbanismo, cuando es el mayor especulador del pueblo", afirman a coro el alcalde y el portavoz del GIB, Vicente Calderón. "Nos pidió que rebajásemos las multas por infracciones urbanísticas. Casualmente, Saturnino es constructor, promotor e infractor inmobiliario. Sólo accedimos a darle una concejalía delegada y nos dejó plantados".

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Aquilino González, añade que el denostado Saturnino Juan "se aprovechó de la información privilegiada de que disponía desde su cargo para realizar negocios inmobiliarios".

Por su parte, Saturnino Juan va a presentar una querella contra su ex jefe de grupo, Vicente Calderón, "por abuso de poder". El promotor inmobiliario asegura que Calderón se aprovecha de su cargo para llevar las contabilidades de varias empresas ubicadas en Brunete. "A quien no le da trabajo le pone todas las trabas legales posibles", dice. Unas acusaciones que niega Calderón. "Desde que estoy en el gobierno no he cogido ni una sola contabilidad; incluso rechacé las que Saturnino me ofreció''.'Autopermisos'

Saturnino Juan niega también las acusaciones del alcalde respecto a haberse aprovechado de su cargo de concejal del equipo de gobierno: "Yo no podía concederme a mí mismo permisos. En todo caso, si he cometido alguna irregularidad, el responsable habrá sido el alcalde, que las firmaba".

Los dos concejales díscolos 'del GIB dicen tener una encuesta realizada entre los votantes de -su partido que indica que la mayoría exige el abandono de Vicente Calderón.

A resultas de estos enfrentamientos, Julio Fernández y Saturnino Juan apoyaron el 17 de enero una moción de censura presentada por CIB, IU y PSOE. El alcalde la rechazó. Aquilino González añade: "No hay causas justificadas para echarme, cuando, hace un mes, los que ahora me censuran -aprobaron mi gestión".

La batalla final

El alcalde de Brunete, Aquilino González, ha presentado batalla con sus debilitadas huestes: cuatro ediles del PP (su partido) y el único miembro del Grupo Independiente de Brunete (GIB) que le apoya, Vicente Calderón. Frente a ellos se sitúan los seis concejales de la oposición (Coalición Independiente de Brunete, IU, PSOE y los dos tránsfugas del GIB).La embestida ha comenzado con movimiento defensivo. "La moción de censura no es válida, insiste el alcalde.

González argumenta, además, que la moción es una operación política del jefe de filas de la Coalición independiente de Brunete (CIB), Luis Martín Granizo, alcalde entre 1979-1991.

"Cuando él gobernaba, se cometieron graves irregularidades que ahora quiere tapar" dice Aquilino González. El Ayuntamiento ha sido condenado a pagar nueve millones a una mujer que perdió un ojo en 1988 en unas fiestas populares. "Martín Granizo contrató a una pirotécnica sin seguro" continúa. "Además, tenía trabajadores municipales sin seguridad social. Ahora tenemos que abonar unos 11 millones de atrasos" añade.

Luis Martín Granizo, responde: "De aquello tendría que responder González, porque entonces era responsable de Hacienda y Festejos.

El concejal del PSOE, José María Vizcay, considera que "bajo estos enftentamientos generales se esconden intereses urbanísticos".

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Sobre la firma

Vicente González Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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