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Japón promete una mayor apertura comercial y advierte que recurrirá cualquier sanción de EE UU

Juan Jesús Aznárez

La coalición gubernamental japonesa, que parece haber recibido con más tranquilidad que preocupación el fracaso de la cumbre entre el primer ministro, Morihiro Hosokawa, y el presidente estadounidense, Clinton, remitirá a la consideración del Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles (GATT) cualquier sanción que decidan aplicar los norteamericanos para forzar una mayor apertura de los mercados nipones. No obstante, Hosokawa prometió, durante el vuelo de regreso a Japón, que promoverá algunos cambios para impedir el deterioro de la situación.

El portavoz del Gobierno japonés, Masayoshi Takemura, se refirió también a este punto en el transcurso de un debate televisado al insistir en que "por nuestra propia iniciativa, deberíamos preparar un plan que aborde la apertura de nuestros mercados y un incremento de la demanda interna".Este último aspecto es especialmente atendido en el paquete de estímulos económicos de 141.000 millones de dólares anunciado por Hosokawa el pasado jueves. El borrador de las nuevas propuestas estaría preparado para el próximo julio, mes en que Morihiro Hosokawa y Bill Clinton se reunirán otra vez en Nápoles con motivo de la cumbre del G-7.

Según Takemura, tanto Japón como Estados Unidos deben reconocer su parte de responsabilidad en el bloqueo de las negociaciones. Un comentarista local advertía, por su parte, que el fracaso del encuentro entre los dos gobernantes no debe preocupar excesivamente porque las relaciones bilaterales progresan en su conjunto, principalmente aquellas referidas a los asuntos de seguridad en Asia. Además, se observa también una mayor colaboración entre las empresas japonesas y norteamericanas en el sector privado.

La demanda estadounidense de fijar objetivos numéricos para medir la prometida reducción del déficit comercial de Japón, más de 50.000 millones de dólares, y el grado de apertura de los sectores en disputa, fundamentalmente el automovilístico y el de seguros, ha tenido efectos inmediatos. La prensa y cualificados dirigentes de la industria, las finanzas y la oposición parlamentaria han defendido en esencia las posiciones mantenidas por el jefe del Ejecutivo en Washington. Una de las coincidencias en sus planteamientos es que las relaciones entre las dos potencias entran en una fase "rnás madura y de igual a igual".

El diario Yomiuri, el rotativo de mayor circulación con 9,5 millones de ejemplares, publicó ayer un editorial titulado "El Japón que dice no" en el que apoya la posición del Gobierno y pide a Estados Unidos que reconsidere su posición "y trate de encontrar otras vías de acceso al mercado japonés" "Nunca podremos aceptar", prosigue, "la idea de marcar unilateralmente metas numéricas y las amenazas de sanciones".El influyente Asahi, que reconocía la superficialidad de los acuerdos firmados hasta ahora por los dos socios, insistía en la conveniencia de las llamadas a la calma escuchadas este fin de semana en los ambientes políticos y económicos de Tokio, y aconsejaba al Gobierno una mayor desregularización y liberalización aduanera. También pedía paciencia a los responsables de la Casa Blanca, recordando la positiva conclusión de conversaciones sostenidas en otros sectores.

[En Estados Unidos, el diario Washington Post informaba ayer que el Gobierno de Bill Clinton ha decidido imponer sanciones económicas a algunas de las importaciones japonesas. El periódico, que cita fuentes oficiales no identificadas, afirma que todavía no se ha decidido qué productos japoneses serán los sancionados hasta que Tokio reconsidere su actual posición. El primer anuncio puede producirse mañana, martes, si el Ejecutivo estadounidense concluye que Japón ha violado el acuerdo alcanzado en 1989 para que se abra el mercado nipón de teléfonos celulares.]

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