Preferimos las pacíficas tostadas
¡Atención! Borrador de un código deontológico de la publicidad televisiva: en la pantalla los tiernos héroes animados de un anuncio de desayunos para niños se relamen ante la posibilidad de torturar a un incauto que ha cometido el grave delito de desconocer el secreto del producto: "Le daremos un chinazo, un flechazo y un capón; un revolcón y un escarmiento, una buena tunda y una lección"; y se sienten profundamente defraudados porque un niño comete la injusticia ("¡Eso no vale!", chillan) de evitar la broma...En fin... Ninguno de nosotros ha podido evitar verlo. Si esta empresa no sabe, o no quiere saber, lo que es apología de la violencia cruel y gratuita, orientada encima al público más débil, y nadie se lo ha dicho es quizá porque a esta sociedad le quedan ya muy pocas ganas de defenderse ante el abrumador mensaje que resuena por doquier: ¡vender por encima de todo! Tal vez habría que darle a la citada empresa un premio a la competitividad y agradecerle que eduque a nuestros hijos en ella. Nosotros -que somos muy raros- seguimos desayunando pacíficas tostadas.-