_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Retorno a antaño

LA FORMACIÓN del nuevo Gobierno ruso indica que Yeltsin, a pesar de los poderes que le otorga la nueva Constitución, se halla seriamente debilitado. Chemomirdin, el jefe del Gobierno, manda cada vez más. El tira y afloja en tomo a la salida del Gobierno ruso de Borís Fiódorov se ha resuelto de la peor manera, con la dimisión del citado ministro y con la designación como ministro de Finanzas de Serguéi Dubinin, colaborador del anterior, pero incapaz de imponer la continuidad de las reformas. Es lo que buscaba Chernomirdin: no asustar a la opinión exterior nombrando a un enemigo de las reformas, pero iniciar una nueva política económica que paralice los puntos esenciales de la reforma y elimine el mercado como objetivo.Esta inclinación hacia las fuerzas conservadoras tiene también efectos graves en política exterior. Estamos ante una reactivación del nacionalismo ruso, cuya primera plasmación es la voluntad de mantener a las tropas rusas en las antiguas repúblicas soviéticas. En gran parte, los compromisos de retirada de tropas rusas de los países bálticos no. se cumplen, y, por otro lado, dichas tropas han vuelto -mediante una manipulación de ciertos conflictos- a Georgia,. Azerbaiyán y otras repúblicas asiáticas. En el problema más grave que tiene hoy Europa, la guerra de Bosnia, la posición rusa -ambigua en anteriores etapas del conflicto- se inclina ahora claramente hacia una actitud prosérbia.

Los recientes cambios en Bielorrusia indican también que se extiende la ola de eliminación de los reformistas. Clinton, en su reciente viaje europeo, visitó Minsk, capital de Bielorrusia, para reforzar al presidente Chuchkevitc-h, que se ha distinguido por su diligencia en aprobar los acuerdos de desarme nuclear. Respaldo poco eficaz: dos semanas después de la ilustre visita, el Parlamento de Minsk derribaba a Chuchkevitch y nombraba como sucesor al general retirado Mechislav Grib, que pertenecía a la policía en la época-soviética. Apoyado por el lobby comunista, Grib es partidario de la economía estatal centralizada. Se abren además interrogantes en materia nuclear: el peligro de una imitación de la táctica seguida por Ucrania no puede descartarse.

Está claro que el proceso de reformas está sufriendo graves quebrantos en algunos de los antiguos territorios de la URSS. En Rusia, el nuevo equilibrio de fuerzas tras las elecciones ha bloqueado a los reformistas más decididos. En Bielorrusia ha sido el Parlamento el que ha dado la vuelta a la situación.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_