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Corcuera y sus lugartenientes

Todos los gobernadores civiles despidieron al ex ministro con jamón y merluza

La noche madrileña se pobló de pistolas y coches blindados. La ocasión lo requería: en el restaurante vasco Currito, en la Casa de Campo, estaban todos los delegados del Gobierno y gobernadores civiles, junto con el ex ministro del Interior, José Luis Corcuera, y su sucesor en el cargo, Antoni Asunción, además del secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera; el subsecretario, Víctor Moreno Catena; el director de Política Interior, Fernando Puig de la Bellacasa; y el de la Policía, Carlos Conde Duque. Sólo faltaba Luis Roldán, responsable de la Guardia Civil. ¿Motivo? Decir adiós a Corcuera con Jamón de jabugo, merluza y rioja. "Ahora soy un simple diputado", dijo el ex ministro.Corcuera llegó puntual a la cita con sus antiguos lugartenientes, aprovechando que éstos se hallaban en Madrid para debatir asuntos sanitarios. Fue besado y abrazado por el dueño del local, tocado con su inseparable txapela. Asunción acudió con retraso por la larga conversación que mantuvo con Roldán para tratar de su relevo en la Guardia Civil. A unos 300 metros, ajenas al acontecimiento, las prostitutas aguantaban el frío en espera de un cliente.

Miguel Solans, delegado del Gobierno en Cataluña, señalaba que Corcuera es "un hombre de una dimensión humana y política todavía desconocida; es una persona que aún tiene que jugar un papel importante -y lo digo muy alto- en la política española. Si él quiere, dentro del PSOE jugará un gran papel". Solans recordaba que desde que está en la política le "han llamado la atención dos veces fuertemente" y, en ambos casos, había sido Corcuera.

Antonio Pallarés delegado en Cantabria, reconocía que también había recibido alguna bronca del ex ministro del Interior, al que calificó de hombre "entrañable". Para Arsenio Lope Huerta, delegado en Madrid, "Corcuera ha sido un excelente ministro, un hombre fundamentalmente bueno, con un gran corazón y extraordinariamente solidario con la gente que trabaja con él". El nuevo titular de Interior puso el broche de oro a los elogios: "Corcuera es un gran político. Lo ha demostrado y lo va a seguir demostrando en el partido".

El homenajeado se mostró un poco molesto con los periodistas de EL PAÍS. "¿Cómo se han enterado ustedes? Supongo que nos dejarán cenar tranquilos...", dijo casi como un ruego. No parecía el trueno Corcuera de otros tiempos. Quizás era porque estaba feliz, rodeado de sus leales, tras dar cinco horas antes, en el Congreso, la alternativa a su sucesor.

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