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Fallece el sargento mayor de la Ertzaintza al que dos pistoleros etarras tirotearon el lunes en Bilbao

El sargento mayor de la Ertzaintza Joseba Goikoetxea, herido de suma gravedad el lunes pasado por los pistoleros de ETA, falleció ayer a las 17.30 en el hospital de Basurto, donde permanecía en coma profundo. Momentos antes, el lehendakari, José Antonio Ardanza, y el Gobierno en pleno habían acudido a visitarle alertados por los médicos, que el jueves descartaron cualquier posibilidad de salvación. Por la mañana, el Consejo de Ministros indultó a Goikoetxea de los seis años de inhabilitación a que fue condenado en 1991 por escuchas ilegales al ex lehendakari Carlos Garaikoetxea. La petición de indulto contaba, antes del atentado, con todos los informes favorables, dados los méritos del policía en la lucha contra ETA.

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El PNY, al que pertenecía Goikoetxea (42 años), anunció ayer su intención de instalar la capilla ardiente en Sabin Etxea, sede del partido en Bilbao, ratificando con esta decisión su plena identidad con el policía asesinado. La capilla estará abierta hoy entre las 15.30 y las 17.30 para que los ciudadanos puedan mostrar una reacción "firme y democrática". De allí, el féretro será llevado a la basílica de Begoña, donde se celebrará el funeral a las siete de la tarde. Los dirigentes nacionalistas han pedido a la población que manifieste su repulsa luciendo en los balcones y las ventanas ikurriñas (banderas vascas) con crespones negros.Goikoetxea permanecía en coma desde el lunes, cuando a las ocho de la mañana dos terroristas le dispararon a bocajarro mientras estaba en su coche, parado en un semáforo, con su hijo de 17 años, a quien acompañaba al colegio. Una bala le penetró por detrás de la oreja izquierda y, tras causarle daños irreparables en la médula, quedó alojada en la mandíbula derecha. El jueves, los médicos informaron de que había entrado en estado vegetativo y que el desenlace mortal podría ser cuestión de horas.

Tres horas antes del fallecimiento, el Gobierno anunció el indulto a Goikoetxea. El sargento mayor había sido condenado el 24 de abril de 1991, junto al ertzaina Ramón Martín Epalza y el funcionario del Gobierno vasco Javier María Aguirre Querejeta, a un mes y un día de aresto mayor e inhabilitación especial por seis años para el empleo o cargo que ostentaban al cometer el delito.

Goikoetxea, Epalza y Aguirre fueron considerados autores de un delito de "interceptación de comunicaciones telefónicas en grado de frustración", ya que pincharon un teléfono equivocado en vez del de la residencia de Garaicoetxea. Las escuchas se produjeron en agosto de 1986, poco antes de la escisión del PNV y el nacimiento de Eusko Alkartasuna (EA), partido que preside el ex lehendakari.

La petición de indulto contó con todos los informes favorables, en especial el del gobernador civil de Vizcaya, Daniel Vega, quien siempre elogió las actuaciones de Goikoetxea contra ETA.

Agradecimiento de Atutxa

Ayer mismo, antes del fallecimiento, el consejero vasco del Interior, Juan María Atutxa, se felicitaba por la decisión: "El indulto es totalmente acertado porque es una persona que no se merece esto, y es de agradecer que se haya reconocido por quienes han informado favorablemente y por el Gobierno".Al tiempo que se hacía pública el indulto, HB responsabilizó al PNY de este asesinato y de la espiral de enfrentamientos "por sumarse a la estrategia del Estado en contra de las aspiraciones del pueblo vasco". Floren Aoiz acusó directamente al PNV de meter a "un sector" de la policía vasca en el callejón de la represión diseñado por el Estado, convirtiéndola en una "prolongación" de las fuerzas de seguridad españolas.

Los portavoces de HB negaron la existencia de voces discrepantes en la coalición al evaluar el atentado, aunque diversas fuentes han calificado la reunión de la Mesa Nacional del lunes pasado de "muy movida"'

Los compañeros de Goikoetxea encendieron ayer, cuando todavía luchaba contra la muerte, una llama simbólica en los jardines de Albia, en Bilbao, cerca de la sede del PNV y del Palacio de Justicia. Los agentes agrupados en la Plataforma Hemen Gaude (Aquí Estamos) colocaron también un libro para que los ciudadanos expresen con su firma su rechazo a la violencia. El presidente del Tribunal Superior de Justicia vasco, Juan Bautista Pardo, fue el primero en firmar. El segundo fue Atutxa.

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