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La policía devolvió cinco millones al empresario que se quiere ir de Euskadi

El diputado general de Guipúzcoa, el peneuvista Eli Galdos, manifestó ayer que el industrial Juan Antonio Arruabarrena que trasladará a Zaragoza la empresa que había instalado en el País Vasco para huir de la presión de la banda terrorista ETA, recibió de la Ertzaintza (policía autónoma vasca) los cinco millones de pesetas que había pagado a la organización de extorsionadores desarticulada el mes pasado.Galdos animó ayer a los empresarios chantajeados por ETA a que no abandonen el País Vasco porque los extorsionadores han sido detenidos y ETA no dispone ya de una red de cobro del denominado impuesto revolucionario. "ETA está terminando, son sus últimos coletazos", señaló en una entrevista emitida por la Cadena SER.

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En el primer contacto con el empresario extorsionado, ETA exigió la entrega de 15 millones de pesetas, pero, después de varias entrevistas mantenidas con los integrantes de la red de cobro de la organización terrorista, la cantidad fue reducida hasta los cinco millones de pesetas.

Orden del juez Bueren

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Tras la detención de los extorsionadores, efectivos de la policía autónoma vasca localizaron en un escondite del monte Igueldo, en San Sebastián, la totalidad del dinero pagado por Arruabarrena. El juez de la Audiencia Nacional Carlos Bueren, responsable de la operación policial, dictaminó la devolución del dinero a su propietario.

El empresario, propietario de una fábrica de pastelería industrial de Lazkao (Guipúzcoa), aseguró que se marcha del País Vasco "por miedo" y que no pensó en trasladar las instalaciones a Zaragoza antes de recibir las amenazas de- la banda armada. Sin embargo, el comité de empresa de Pastelerías Arruabarrena, integrado en exclusiva por representantes de Comisiones Obreras, cree que la exigencia del impuesto revolucionario es una excusa para justificar un traslado que estaba preparado con anterioridad.

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