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Hassan II inaugura la gran mezquita de Casablanca entre impresionantes medidas de seguridad

ENVIADA ESPECIAL Casablanca amaneció ayer roja de banderas marroquíes que compartían espacio en las farolas de las calles y en las fachadas de algunos edificios con las fotografías del rey Hassan Il y sus dos hijos, varones. Era el último detalle decorativo con vistas a la ceremonia de inauguración de la Gran Mezquita de Hassan II, a la que, en medio de impresionantes medidas de seguridad, asistieron el secretario general de la Liga Árabe Esmat Abdel Méguid, el primer ministro libanés, Rafic Hariri, y los jefes de Estado de Malí, Gabón y GuineaConakry, Alpha Omar Konaré, Omar Bongo y Lansana Conté, respectivamente, así como otras personalidades relevantes del mundo musulmán y no menos de 800 periodistas de todo el mundo. Miles de fieles enfervorecidos llenaban la inmensa esplanada del templo.

En el interior de la gran mezquita, centenares de metros de esterillas habían sido colocadas desde la mañana. Sobre el suelo de mármol moquetas de colores señalaban los lugares que habían de ocupar los invitados musulmanes y los no musulmanes.

El monarca llegó a la esplanada del templo pasadas las nueve de la noche (23.00 hora peninsular española) en una gran limusina descubierta acompañado por sus dos hijos. Fue recibido por el ministro de Interior Driss Basri. Después de escuchar el himno nacional y pasar revista a una Guardia de Honor, Hassan II se descalzó y cruzó solemnemente la gran sala de oración en la que se encontraban centenares de invitados vestidos a la usanza tradicional. Luego dirigió la oración de la noche, Al 1chaa, en la víspera de la jornada que conmemora el aniversario del nacimiento del profeta Mohoma.

80.000 millones

La televisión y la mayoría de los diarios marroquíes dedicaron ayer la mayor parte de sus espacios al gran templo levantado a orillas del Atlántico, que ha sido sufragado en al menos dos tercios de su apabullante coste de 80.000 millones de pesetas por el pueblo marroquí. Una obra sin precedentes en Marruecos y en la mayoría de los países del mundo, que, según explicó el propio ministro del Interior y de Información marroquí, Driss Basri, en una conferencia de prensa celebrada el domingo, pretende ser un estandarte de la tolerancia del islam. El diario de oposición El Socialista ha sido una de las pocas excepciones en este bombardeo informativo.Falló el rey Fahd de Arabia Saudí, que dispone en Casablanca de un lujoso palacio y que se ha descolgado con un espléndido regalo para su amigo el rey de Marruecos. Le ha enviado nada menos que 5.000 ejemplares del Corán impresos para la ocasión en la ciudad santa de La Meca. Pocas horas antes de la ceremonia inaugural de la nueva mezquita, Casablanca quedó aislada del resto del país por carretera. Después se cerraron al tráfico las calles principales.

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