_
_
_
_
GENTE

Lazaro Agriodimos

, un agricultor griego, volvía a su casa del trabajo el pasado lunes y se encontró a toda la familia llorando su muerte y a los empleados de pompas fúnebres preparando su entierro. "Les vi santiguándose y exclamando: '¡Lazaro, vuelve del otro mundo'. Les dije que sí volvía, pero de mis tierras", ha declarado Lazaro Agriodimos, todavía perplejo, a la prensa y a la radio. La policía había comunicado su muerte a los parientes, pero se equivocaron de hombre. Agriodimos había prestado su motocicleta a un amigo que efectivamente había fallecido en un accidente.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_