_
_
_
_

La grapo detenida en Barcelona estaba en libertad con la oposición del Gobierno

Mercedes Herranz Arcones, presunta activista de los GRAPO detenida el pasado jueves en Barcelona, se hallaba en libertad condicional desde diciembre de 1989 pese a estar condenada a casi 50 años de prisión. En contra de la opinión del Gobierno, una juez de Vigilancia Penitenciaria de Madrid ordenó en esa fecha su puesta en libertad porque la terrorista sufre una enfermedad incurable (esclerosis múltiple). Según la policía, Herranz desempeñaba ahora "una labor muy importante" como enlace entre el PCEr y los GRAPO, por lo que Justicia pedirá que se le anule la libertad condicional y reingrese en prisión. Además de ella, han sido detenidos dos correligionarios.

La presunta terrorista fue detenida en Barcelona en compañía de Antonio Narváez Ternero cuando acababan de llegar a la estación de Sants en un tren procedente de Andalucía. Los agentes, que participaban en una operación en busca de los grapos que hace nueve días atracaron un furgón blindado, comprobaron que ambos activistas llevaban documentación legal.Herranz, de 38 años, ingresó en 1976 en el Partido Comunista de España Reconstituido, brazo político de los GRAPO, en los que se integró un año más tarde. Especializada en falsificación de documentos y en explosivos, la policía le atribuye la elaboración de la mayoría de los artefactos colocados por su organización entre 1978 y 1979, entre ellos el que el 26 de mayo de 1979 causó nueve muertos y 61 heridos en la cafetería California 47 de Madrid.

Tras ser detenida el 2 de diciembre de 1982 cuando atracaba un banco en Barcelona, fue condenada a casi 50 años de reclusión. Recuperó la libertad siete años más tarde, cuando la juez Manuela Carmena estimó que tenía derecho a libertad condicional en virtud del artículo 60 del Reglamento Penitenciario, que así lo establece para los reclusos afectados por una enfermedad incurable.

Herranz padecía esclerosis múltiple, una enfermedad que le obliga a seguir tratamiento médico continuado. Carmena explicaba en el auto de 4 de diciembre de 1989 que ella misma había comprobado la "disminución física" en que se hallaba la reclusa a causa de "la grave enfermedad incurable que padece" y que en un plazo "más o menos largo" puede llevarla a la muerte, según los fórenses.

Los temores de Justicia

Sin embargo, el Ministerio de Justicia se mostró contrario a la decisión judicial, y fuentes de este departamento comentaron ayer que la detención de esta mujer confirma sus temores de que "iba a aprovechar la libertad condicional para continuar con sus actividades". Tras su detención, la Comisión Provincial de Asistencia Social de Asuntos Penitenciarios pedirá a la autor¡dad judicial que revoque la libertad condicional de Herranz y que ésta reingrese en prisión.Según fuentes policiales, Herranz ha desempeñado "una labor muy importante" como miembro legal (sin sueldo) dedicada a servir de enlace entre la dirección de los GRAPO y los comandos, además de formar parte del aparato de propaganda. Recientemente se entrevistó con Manuel Pérez Martínez, Camarada Arenas, máximo dirigente de la organización, que reside en Francia.

Las fuentes informantes sospechan que Herranz se había desplazado a Barcelona en unión de Antonio Narváez, de 32 años, para ponerle en contacto con otros grapos. Narváez, que fue detenido en 1986 tras atracar un banco en Valencia, iba presuntamente a formar parte de un comando como liberado (a sueldo).

Como consecuencia de 1 s detenciones de Herranz y Narváez, la policía detuvo ayer en Pontevedra a Joaquín Vieites Santos, de 39 años, que había salido en libertad en 1991 tras cumplir condena por el asesinato de un policía. Fuentes de Interior no han especificado los cargos que recaen sobre este individuo, que años atrás formó comando con Fernando Silva Sande, en paradero desconocido desde que el año pasado se fugó de la cárcel de Granada. Vieites está acusado de realizar labores de apoyo a los GRAPO.

Herranz, Narváez y Vieites fueron trasladados ayer desde Barcelona y Pontevedra a Madrid para ser puestos a disposición de la Audiencia Nacional.

Herranz empezó a sentir los, primeros síntomas de la esclerosis múltiple después de ser detenida en Barcelona a fines de 1982. Tras las pruebas correspondientes, los médicos confirmaron que sufría "una enfermedad desmielinizante del sistema nervioso". Esta enfermedad es consecuencia de la destrucción de la mielina, una sustancia grasa que envuelve la médula espinal y los centros nerviosos.

Se calcula que en España hay 20.000 escleróticos múltiples. Entre ellos se cuenta Ernesto Fernández Portillo, esposo de Herranz, que fue puesto en libertad en noviembre de 1987 tras quedarse paralítico. Otro presunto grapo, Enrique Álvarez Abalde, se vio aquejado en 1987 por el mismo mal y salió en libertad en 1989.

La concesión de libertades condicionales -para reclusos comunes y terroristas- basándose en el artículo 60 del Reglamento Penitenciario ha sido motivo de frecuentes choques entre el Gobierno y los jueces de Vigilancia Penitenciaria.

El artículo 60 "tiene unos claros y manifiestos fines humanitarios que permiten la concesión de la libertad condicional anticipada, sin ser necesario el requisito de haber extinguido las tres cuartas partes de la condena, para quien sufre una enfermedad muy grave e incurable", según razona Rafael Martínez de la Concha, juez de Vigilancia Penitenciaria de Badajoz. Así lo señala en un reciente auto firmado por él ordenando la libertad del etarra José Manuel Azcárate, condenado a 51 años de reclusión. Asuntos Penitenciarios se opuso a la puesta en libertad.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_