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ETA asesina en Madrid a un guardia civil músico de 64 años

ETA eligió de nuevo Madrid para sembrar el terror. La explosión de un coche bomba situado en el barrio de Moratalaz acabó con la vida del subteniente músico de la Guardia Civil Miguel Miranda Puertas, de 64 años. El suboficial, ya retirado, sufrió de lleno los efectos de la deflagración y su cuerpo quedó totalmente destrozado. Hacía cinco meses que los terroristas no atentaban en Madrid, ciudad elegida habitualmente para. sus actividades. En este año han sido ya cinco los coches bomba colocados por ETA en Madrid. El último, el pasado 9 de junio, hirió a nueve militares y a cuatro civiles.

El atentado de ayer también causó graves heridas al cabo del mismo instituto armado Julián de la Calle, de 45 años, y a una joven de 18 años. La explosión se produjo a escasos metros de la vivienda del subteniente muerto, que habitaba en un bloque ocupado por funcionarios del Ministerio del Interior.La explosión se produjo poco después de las 14.30, en la calle de Luis de Hoyos Sainz, cerca de la estación de metro de Pavones. En el lugar, próximo a dos colegios y a una zona de recreo infantil, fue aparcado un Ford Fiesta con la matrícula falsa y con cerca de 30 kilos de explosivos y metralla. Según las primeras investigaciones, la bomba fue accionada a distancia al paso de los dos guardias, que vestían de paisano y regresaban a pie a sus casas para almorzar. El subteniente asesinado estaba casado y tenía cuatro hijos. El cabo, también casado y con tres hijos, sufrió heridas graves en las piernas y puede perder los pies.

El subteniente fallecido, que estaba en situación de reserva activa, era conocido entre sus vecinos como "el músico". Según el portero del inmueble, Miguel Miranda "estaba jubilado de la Guardia Civil, aunque seguía en la banda de música". En las 40 viviendas del bloque donde vivía el guardia fallecido residen bastantes funcionarios del Ministerio del Interior y la Guardia Civil.

Azucena, Calvet Martínez, de 18 años, que paseaba por la zona, y Juana Galindo Simón, que estaba asomada a la ventana tendiendo ropa, resultaron heridas leves.

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