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Un médico que olvido una compresa en una paciente, absuelto de homicidio

La Audiencia de Sevilla ha absuelto al ginecólogo Norberto Aramburu de los delitos de homicidio y de imprudencia temeraria por la muerte de Francisca Cuadra, que falleció 23 días después de que le fuera practicada una cesárea y le dejaran olvidada en su vientre una compresa. La sentencia establece una indemnización de 13.317.000 pesetas.

La sentencia de la sección primera de la Audiencia, de la que ha sido ponente el magistrado Heriberto Asensió Cantisán, fue notificada ayer al ginecólogo. En los hechos probados, se afirma que el 9 de junio de 1988, y una vez practicada la cesárea a Francisca Cuadra en la clínica Sagrado Corazón, se procedió "a la limpieza de la matriz, cierre de esta y limpieza y revisión de la cavidad peritoneal, se cerró la misma, sin percatarse del hecho de haberse dejado Norberto Aramburu, en el interior de la citada cavidad, una de las compresas estériles, que previamente había utilizado durante la operación".De igual forma, la sentencia considera probado que la causa directa de la muerte de Francisca "fue un tromboembolismo pulmonar consecuencia de una segunda intervención realizada a la fallecida el día 4 de julio, en el hospital de San Lázaro, a donde fue llevada la fallecida tras empeorar su salud.

En los fundamentos de derecho, el magistrado considera que los hechos son constitutivos de un delito de falta de imprudencia con resultado de muerte y desestima la calificación de homicidio con dolo eventual por el que la acusación particular solicitaba 14 años de reclusión menor y 50 millones de indemnización.

Intención de curar

La sentencia argumenta que "la totalidad de los peritos consultados sobre el tratamiento impuesto por el acusado a Francisca, Cuadra durante el embarazo fueron rotundos al afirmar que el mismo "fue correcto". Asímismo, se resalta que la conducta del ginecólogo se ajusta a la lex artis y se aleja del dolo eventual, y que la decisión de practicar la cesárea fue igualmente correcta, así como la medicación indicada. De igual forma, se indica que a lo largo de la actuación del acusado se observa una clara e inequívoca "intención de curar".Tras concluir que el nexo causal entre la acción imprudente del médico (olvidar la compresa en el vientre de la paciente) y la muerte de esta (originada por un tromboembolismo pulmonar debido a la segunda intervención quirúrgica), el magistrado concluye que el ginecólogo es responsable de la falta. "Una vez alojada la compresa en el interior del cuerpo de Francisca era previsible que produjera la muerte, y esta efectivamente aconteció: Francisca murió porque la compresa quedó en su cuerpo".

La sentencia condena a Norberto Aramburu a que indemnice a Juan José Rivas de la Rua y Melodia Rivas Cuadra -esposo e hija de la fallecida- con 12.317.000 pesetas, de las que responderán directamente varias compañías con las que el ginecólogo tenía seguros concertados.Asimismo sólo deberá pagar una multa de 25.000 pesetas por una falta de imprudencia.

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