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Dos ancianos fallecen intoxicados en su vivienda de Carabanchel

Una pareja de ancianos fue encontrada sin vida en su piso de la avenida de Oporto, 58 (Carabanchel). Según la primera hipótesis manejada por la policía, Julio Gutiérrez Ruiz, de 75 años, y Teófila Velasco Arranz, de 76, murieron intoxicados el sábado por la noche al aspirar inconscientemente el venenoso monóxido de carbono que desprendió el mal funcionamiento de la calefacción de gas natural. El matrimonio fallecido, que llevaba una vida tranquila, se disponía a celebrar ayer con sus dos hijos el 77º cumpleaños de la esposa.-

Los cadáveres de los ancianos fueron hallados por los bomberos, que entraron a las tres de la tarde de ayer en la casa tras ser avisados por los dos hijos del matrimonio, Sara y Julio. Ambos habían llamando por teléfono a sus padres, y al no obtener respuesta decidieron acudir hasta la vivienda. Una vez allí, tampoco pudieron entrar porque estaba echado el cierre interior.Alarmados, los familiares recurrieron a la policía. Al entrar en el piso fueron descubiertos los cadáveres: Julio Gutiérrez estaba en el salón, sentado en el sofá, y situado frente al televisor que estaba encendido. En la cocina se hallaba Teófila Velasco, sentada en una silla y con la cabeza recostada hacia atrás. Además, en el piso, la calefacción de gas estaba encendida y todas las ventanas se encontraban cerradas.

Los primeros en entrar a la vivienda aseguraron que se notaba un ambiente demasiado cargado, aunque no olía a gas. A las cinco de la tarde y tras las primeras inspecciones, la policía dedujo que el fallecimiento pudo producirse por intoxicación. Según uno de los funcionarios, se trataba de la llamada muerte dulce por inhalación de monóxido de carbono. Esta sustancia letal, al propagarse, provoca una muerte lenta, sin que pueda ser advertida por las víctimas.

El gas venenoso pudo producirse por una mala combustión de los quemadores situados en las calderas de la calefacción de gas. "Al estar la vivienda cerrada, el monóxido de carbono acabó con la vida de Julio y Teófila como si los hubieran anestesiado", afirmó uno de los funcionarios que desarrollaban las primeras pesquisas.

Narciso Hueca, presidente de la comunidad de vecinos, indicó que este año se había cambiado el suministro de gas ciudad por gas natural. Además, manifestó que recientemente se habían revisado todas las instalaciones por parte de la compañía. Otro de los residentes del bloque, empleado de la empresa Gas Natural, aseguró que tras la última inspección no se había detectado ninguna anomalía en las tuberías y quemadores ni en la chimenea interna del edificios.

A pesar de todo, algunos vecinos tomaron ayer precauciones y decidieron apagar la calefacción. Otros optaron por mantenerla, pero con alguna ventana abierta. A la espera de conocer las causas de la muerte de los ancianos, piensan solicitar una nueva revisión de las instalaciones.

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Investigación

Antonio Ruiz, yerno de los ancianos fallecidos, pidió al juez una investigación exhaustiva de las tuberías y los quemadores. "El gas, seguramente, provocó la muerte de mis suegros", alegó.Los ancianos, ambos naturales de Burgos, llevaban, según sus familiares, una vida apacible y mantenían contacto con frecuencia con sus hijos y nietos. Dentro del bloque, Teófila era muy querida y acudía a la compra tres días a la semana con varias vecinas. Su marido, Julio, ferroviario jubilado, padecía del corazón y paseaba a diario en compañía de su mujer.

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