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Entrevista:

"Apostamos por un Estado del bienestar lisos que evite los abusos"

Se han cumplido 10 meses desde que los conservadores derrotaron en Suecia a la socialdemocracia, que había gobernado ese país nórdico durante casi seis décadas. Llegaron al poder con dos ideas: poner orden en los "abusos" que había creado un Estado del bienestar considerado modélico, y acometer la integración en la Comunidad Europea. Ambos, según su ministro de Hacienda, Bo Lundgren, están en marcha y con vocación de éxito.

PILAR MARCOS Pregunta. Cuando ustedes gana ron las elecciones, su primer ministro, Carl Bildt, anunció una "revolución en la libertad de elección". ¿En qué se ha traducido hasta ahora esa revolución?

Respuesta. La rigidez y los monopolios han acompañado durante muchos años a la prestación de servicios sociales en Suecia. El ciudadano tenía pocas posibilidades de elección, los servicios perdían eficacia y su coste aumentaba cada vez más. En estos meses hemos empezado a resolver este problema en la enseñanza. Y sólo con igualar las contribuciones que presta el Estado a todas esas escuelas, ya sean estatales, privadas o municipales. Nuestro próximo objetivo es la sanidad, pues ahora los pacientes no tienen libertad para elegir quién será su médico de cabecera, y deben tenerla.

P. No veo cómo esas medidas pueden reducir el gasto, tras el fuerte recorte de impuestos aprobado por su Gobierno.

R. Creemos que el gasto se dispara por las ineficiencias que aparecen debido a la falta de competencia. Cuando se ofrezcan varias alternativas al ciudadano, la sola aparición de competencia reducirá su coste y, por tanto, el gasto público. Aunque siempre existe el riesgo de crear nuevas ineficiencias. Una aparecería si, por ejemplo, la elección de médico no va acompañada de un control que evite que ambos -doctor y paciente- se beneficien de ampliar lo más posible el periodo de, digamos, convalecencia. Por eso, junto a la competencia hay que desarrollar controles que impidan los abusos y el despilfarro.

P. ¿Reducirá este aumento de competencia el bienestar social que convirtió a Suecia en un modelo a imitar?

R. En absoluto. No queremos reducir las prestaciones sociales, sino lograr que sean más baratas; conseguir que cada corona sueca de dinero público produzca más servicios sociales. Además, en un país desarrollado, la demanda de sanidad o enseñanza sólo puede ir en aumento. Lo importante es que el Estado deje de ser el que decide exactamente las condiciones en las que se ofrecen esos servicios y que esa potestad pase al ciudadano.

P. También habrá aumentado la demanda de seguro de desempleo, pues desde que ustedes llegaron al poder la tasa de paro se ha acercado a los niveles de la II Guerra Mundial (supera ahora el 5%).

R. El desempleo es la mejor demostración de que la economía sueca ha agotado su modelo y requiere un cambio radical. En Suecia se ha abierto un debate sobre cuál es nuestro grado de retraso, porque sobre su existencia hay un acuerdo general. Y ese atraso se ha producido porque las medidas de los Gobiernos durante las últimas dos décadas no intentaron atajar los problemas de fondo. El principal ejemplo fue la devaluación con la que el Gobierno anterior estrenó mandato. A corto plazo abarató artificialmente las exportaciones, pero aumentó la inflación y retrasó la necesaria modernización de las empresas.

P. ¿Cómo atacarán ustedes esos problemas de fondo?

R. Lo primero es reducir la inflación y el gasto para hacer posible la vuelta al crecimiento.

P. ¿Cuentan con el respaldo de la población para ese ajuste?

R. El teorema de Navidad dice que si un sueco puede elegir entre más gasto público y menores impuestos, elegirá las dos cosas. A ningún pueblo en el mundo le gustan los ajustes, pero ahora en Suecia existe la percepción de que es necesario, que no se puede llevar a cabo una política totalmente socialista, y que la base del desarrollo social y económico pasa por que funcione la economía de mercado.

P. ¿Beneficiará al funcionamiento de esa economía de mercado la integración de Suecia en el espacio económico europeo el 1 de enero de 1993?

R. El Gobierno y el Parlamento suecos consideran que el mercado libre es la base del desarrollo, y esto se verá favorecido con la integración en el espacio económico europeo. Pero no nos parece suficiente. También queremos formar parte del proyecto de la unión europea.

P. La respuesta de Dinamarca al Tratado de Maastricht no ha frenado esa voluntad.

R. El no danés ha tenido un impacto importante en el debate en todos los países que no ha disminuido nuestro deseo de ser miembro de la unión europea, aunque en todos ha reducido la euforia inicial.

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