Una bárbara conclusión
La ejecución de Robert Alton Harris en la madrugada del pasado martes fue el colofón de una cruel y grotesca noche. Acusado del asesinato de dos adolescentes en 1978, Robert Harris ha pasado 13 años recurriendo su sentencia en tribunales nacionales y federales. Consiguió el aplazamiento de la ejecución cuatro veces durante las últimas horas de su vida. ( ... ) Estuvo atado a la silla de la muerte durante 12 minutos antes de ser liberado, pero sólo para volver dos horas más tarde, después de que la última apelación fuera negativa. ( ... ) Según los sondeos de opinión, una mayoría de norteamericanos reacciona con satisfacción cuando se ejecuta a un asesino. Pero nosotros estamos entre esa tímida minoría que repele el espectáculo de la pena de muerte y que se opone a ella. Creemos que es una solución errónea, incluso cuando se aplica a un reo convicto tan poco digno de compasión como Robert Harris. ( ... ) Pero ese final con una muerte espantosa, oficial y presenciada fue un acto de barbarie. ( ... )Más de 2.500 personas esperan ser ejecutadas en todo el país, y muy probablemente recorrerán el sendero de la muerte. Con estos datos es más importante que nunca que el Congreso proteja el derecho a la revisión del hábeas corpus federal, insista en que los Estados proporcionen un asesoramiento competente mediante el proceso de apelación y se oponga con fuerza a la aplicación de la pena de muerte a decenas de criminales federales.
, 23 de abril