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Curro habla de sus amigos

La mascota de la Expo termina su periplo viajero y espera en Sevilla a miles de visitantes

Lourdes Lucio

Curro ya está en casa. Después de meses viajando por todos los países del mundo, la simpática mascota de la Expo 92 se dispone a recibir en el recinto de la isla de La Cartuja a los miles de visitantes que, a partir del 20 de abril, acudirán a Sevilla. Durante este tiempo, la mascota creada por el checoslovaco Heinz Edelmann siempre ha ido acompañada por uno de sus seis amigos: Lucía Tejero (21 años), Mame Pinazo (22 años), Ángel Ramos (21 años), Pilar Pinazo (21 años), Candela Fernández (21 años) y Agustín López (31 años) han dado vida a este pájaro de largo pico al que definen como "un ser muy sensible, donde no lo quieren, no va".Todos los amigos de Curro dicen que su mejor amigo es Emilio Cassinello, el exquisito comisario general de la Expo, siempre pendiente de que a la mascota no le falte de nada y de que no actúe durante más de 20 minutos, porque si no se cansa de dar tantas piruetas. "El Rey", comenta Ángel Ramos, "también es maravilloso. En Juvenalia, en Madrid, los guardaespaldas no me dejaban que me acercara y fue él quien lo hizo".

No siempre, sin embargo, la mascota ha sido bien acogida. Candela y Mame dicen que el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y el alcalde de Sevilla, Alejandro Rojas Marcos, "no ponen buena cara" cuando se les acerca el muñeco, todo lo contrario que el alcalde de Barcelona, Pascual Maragall, o el presidente del Gobierno, Felipe González, a quien Pilar, no obstante, recuerda como "algo cursi". Cuenta Pilar que cuando se encontraba dando saltos de alegría e impaciencia por enseñar el recinto de la Expo al presidente, éste le espetó: "Coño, Curro, estate quieto que me estás llenando de polvo".

£os niños y Ias mujeres de mediana edad" son los que más achuchones le dan. Los muy pequeños, en ocasiones, se asustan, pero la mayoría termina colgándose de una de sus enormes patas de elefante y hasta pretenden invitarle a zumo. Los sevillanos, aseguran todos ellos, son los "más cafres, porque en la forma de mostrar el cariño son brutos. Te dan besos y están obsesionados con la nariz". Ángel recuerda con nostalgia la visita a Logroño -"donde la gente estaba superinformada de la Exposición Universal"-, el susto que pasó en Alcalá de Guadaira cuando lo soltaron "como en los sanfermines en mitad de una calle" y cientos de niños se le venían encima corriendo, o en La Coruña, "donde vino gente del resto de las provincias gallegas". Candela, talvez la que más ha viajado, sostiene que los japoneses y los estadounidenses son los que más halucinan" con el aspecto de Curro. "Quieren hacerse fotos, muchas fotos", asegura.

La locuacidad de los amigos de la mascota se convierte en amnesia temporal cuando se les pregunta por el vuelco de la nao Victoria, barco que uno de ellos no quieren descubrir cuál visitó minutos antes de que quedara encallado en aguas de Isla Cristina. "Lo único que pasó es que un amigo de Curro se dio un chapuzón", dicen.

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