El accidente del Clínico de Zaragoza, una cadena de fallos humanos única en el mundo, según los expertos
El accidente ocurrido en el acelerador del hospital Clínico de Zaragoza, que ya ha causado la muerte de 16 de los 27 enfermos de cáncer afectados, "es una secuencia de errores humanos única en el mundo", opinan los miembros de la Sociedad Europea de Terapia Radiológica y Oncología (ESTRO), reunidos los dos últimos días en Dublín, y con ello consideran zanjado el tema. En España ha sido un revulsivo para que hoy, casi un año después, se estén haciendo mediciones diarias de radiación en muchos hospitales y se reavive la batalla por implantar la especialidad de física médica.
La alusión a Zaragoza fue inevitable en las jornadas científicas que esta semana celebró en Dublín la Sociedad Europea de Terapia Radiológica y Oncología. Especialmente durante la ponencia dedicada al tema de la seguridad de la tecnología radiológica. "Fue un error humano", insistió el representante de la empresa Siemens. "Además hay que tener en cuenta la antigüedad de aquel aparato". El acelerador de partículas del centro zaragozano, de la empresa General Electric, llevaba 12 años instalado cuando ocurrió el accidente, del 10 al 20 de diciembre pasado.
Ahora, 10 meses después, apenas hay controversia sobre el tema entre los especialistas europeos. Fue un error humano, coinciden. "Una secuencia de cosas que nunca deben ocurrir y que es única en el mundo", dijo Jean Claude Horiot, profesor de radioterapia de la Universidad de Dijon (Francia).
De otro accidente ocurrido en Exeter (Reino Unido) en 1988, en el que 200 pacientes resultaron sobreirradiados, la ESTRO recapacitó sobre la importancia del control de calidad. "Quizá en España los controles que se estaban haciendo correspondían a los habituales de la década anterior", sugirió el presidente de la ESTRO, Emmanuel van der Schueren.
Control diario
Algo rechazado inmediatamente por el presidente de la sociedad española, Ignacio Petschen, para quien las medidas de energía de los electrones se venían realizando en las unidades de radioterapia españolas como mínimo una vez al mes. Sin embargo, reconoció que a partir del accidente en muchos centros se están haciendo esas mediciones "incluso diariamente". "Pienso que en España el control de calidad está aún en mantillas, pero hay que tener en cuenta que el físico es el más fácil", afirma Petschen. El Ministerio de, Sanidad, mientras tanto, sólo reconoce un relación directa entre el accidente y la causa del fallecimiento en nueve de los 16 óbitos.
El caso de Zaragoza ha reabierto el debate sobre la importancia de la física en los hospitales, todavía no considerada especialidad médica, a diferencia de la farmacia, la biología o la química. Desde el momento en que se incrementa el avance de la técnica, hay más riesgo de fallos. "Solamente se estará seguro si se controla la maquinaria muy estrictamente todo el tiempo y sin confiar solamente en los sistemas automáticos de seguridad", manifestó Andrée Dutreix, profesora de la Universidad de Lovaina, aludiendo al papel específico de los fisicos médicos.
España cuenta también con un déficit importante en unidades de radioterapia, según Petschen. Las últimas previsiones. europeas hablan de que en el año 2000 serán necesarios nueve equipos por cada millón de habitantes. A men» os de 10 años vista apenas se cuenta con tres por cada millón de españoles, la quinta peor dotación en Europa.
Riesgo menor
Con todo, cada año 20.000 enfermos oncológicos se curan en España con radioterapia, el tratamiento más eficaz junto con la cirugía para entre el 30% y el 40% de los tumores malignos. Cuando se trata de masas pequeñas, los riesgos de efectos negativos para el paciente no alcanzan el 1%, mientras en .grandes volúmenes tumorales el riesgo es de un 10%. Pero este es siempre un riesgo menor frente al 100% de muerte segura si no se trata el cáncer.
Las sesiones científicas de Dublín han puesto de relieve que el cáncer sigue aumentando en Europa por lo menos un 1,5% cada año, pero los especialistas todavía no se atreven a hablar tanto de incrementos absolutos como de mejora en los análisis y diagnósticos del cáncer. "La cuestión importante es saber si hay más cáncer que hace 20 años debido a los riesgos que provienen del medio ambiente, como la polución, el tabaco, la alimentación. El 70% de los cánceres son facilitados por causas externas. Es utópico, pero si pudiéramos controlar estas causas podríamos prevenir este grandísimo porcentaje de tumores malignos. Lo más importante en una política de salud, por tanto, es la prevención", concluye el profesor Horiot
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