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Tribuna:DEBATE ANTE EL MERCADO ÚNICO
Tribuna
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La liberalización del sistema financiero

A 16 meses de la entrada en funcionamiento del mercado único europeo, los avances recientes -y los que inevitablemente se producirán- en el proceso de liberalización Financiera, tanto interna como en los movimientos de capitales en el ámbito de la CE, han convertido al tema de los mercados financieros y al de la competencia entre las instituciones que en ellos operan, en el centro de atención de los estudios y análisis sobre el futuro del sistema financiero español.Tres núcleos básicos de cuestiones, sin duda polémicos, emergen con toda claridad en la reflexión de hoy sobre el sistema financiero de ese mañana, cada vez más cercano, del mercado único en una Europa integrada.

1. ¿Es el ahorro nacional en España suficiente para Financiar el fuerte proceso de inversión necesario para acelerar nuestro crecimiento económico y mejorar nuestra productividad? Su estructura institucional ¿es la conveniente? ¿Existen estímulos adecuados para contribuir al fomento del ahorro necesario en la economía española?

2. Si la competencia entre instituciones financieras es el punto clave que definirá -acentuadamente respecto a la situación actual- el marco de actuación del futuro, y la denominada guerra del pasivo ha constituido una anticipación de la acentuada competencia que se espera para 1993, ¿qué enseñanzas cabe extraer de la experiencia reciente de las supercuentas? ¿Podría pensarse en una próxima extensión de esa contienda financiera a las operaciones activas?

3. ¿Están nuestras instituciones bancarias preparadas para afrontar la competencia futura? ¿Qué riesgos, nuevos y viejos, acechan su actividad?

Estas interrogantes son las que, básicamente, han nutrido tres debates de gran interés celebrados dentro del seminario sobre Mercados financieros en España, organizado por la Fundación FIES. Tal vez sea útil destacar algunas cuestiones de particular interés que en ellos se pusieron de manifiesto.

1. El ahorro nacional en España, pese a su crecimiento en la última década (representa en 1990 el 22,22% del PIB) es insuficiente para financiar el proceso de inversión presente (25,74%, del PIB en 1990) y el que demanda nuestro futuro económico, lo que implica el necesario recurso a la financiación exterior.

2. La tasa de ahorro familiar respecto a la renta disponible de las familias presenta una tendencia decreciente (91,4% en 1982 frente a un 6,02% como promedio en el bienio 1989-90). Una tendencia preocupante por ser el ahorro familiar, junto con el ahorro empresarial, el componente cuantitativamente mas importante del ahorro nacional y por ser el elemento constitutivo del ahorro libremente decidido por los ciudadanos de un país. La información estadística disponible apunta, con toda rotundidad, la influencia que la creciente fiscalidad directa sobre las familias tiene sobre las decisiones de ahorrar.

3. El ahorro empresarial, que ha presentado una tasa con trayectoria creciente tiene una clara dependencia respecto a la propia evolución de los beneficios empresariales, dada la relativa constancia de la fracción de beneficios empresariales destinada al pago de dividendos.

Tasa de ahorro

4. El ahorro público ha crecido desde 1985, contribuyendo a la reducción del déficit. Sin embargo, el crecimiento del ahorro del sector público obtenido -como ha sido el comportamiento español de los últimos años- sobre la base del aumento de la imposición familiar directa es, en gran medida, sustitutivo del ahorro familiar con escasos efectos netos sobre el ahorro nacional. Un camino más eficiente sería aumentar el ahorro público reduciendo en términos relativos el gasto corriente de las Administraciones e, incluso, dar mayor peso a la imposición indirecta en los recursos públicos.

Las recientes reformas en el impuesto personal sobre la renta, introduce algunas ventajas potenciales a través de mecanismos para evitar la deslocalización del ahorro, a la vista de la competencia internacional, de las ventajas concedidas a la constitución de ahorro popular, con ciertos límites y condiciones, y del tratamiento Fiscal de las ganancias de capital. Ventajas potenciales sobre las que la experiencia futura dirá su efectividad. En todo caso, parece claro que la reforma del IRPF no ha procedido a una indispensable simplificación y clarificación del impuesto.

5. La guerra del pasivo era inevitable, teniendo en cuenta el amplio rango de niveles retributivos del ahorro entre las diferentes instituciones.

6. La competencia por la captación de pasivos ha respondido, fundamentalmente, a una estrategia de las instituciones bancarias por lograr un posicionamiento en el mercado de cara a 1993. No ha supuesto un incremente, sensible en la cantidad total del ahorro financiero. Por decirlo en términos coloquiales: no ha contribuido a incrementar el tamaño del pastel, sólo ha conducido a un reparto distinto.

Guerra del pasivo

Las entidades que han salido mejor paradas en esa contienda son aquellas con menores costes de transformación unitarios, que propenden a coincidir con las de mayor dimensión. Un hecho que pone de manifiesto la importancia de la dimensión y de la gestión eficiente para poder participar con ventaja estable en la competencia del futuro, asumiendo sin riesgo el estrechamiento del margen de intermediación que la lucha por la captación del pasivo conlleva.

7. No parece previsible una extensión de la guerra del pasivo al campo de las operaciones activas. La menor dispersión en los tipos de interés activos y el grado creciente de morosidad en la clientela parecen prevenir de las posibilidades de una contienda, en la que las instituciones tienen poco que ganar y que podría afectar muy negativamente a su cuenta de resultados.

8. La creciente liberalización y la competencia han aportado nuevos riesgos asociados a una operatoria más libre y compleja que, en muchas ocasiones, constituyen una profundización y combinación de los riesgos tradicionales.

9. La existencia de grupos industriales y corporaciones que aglutinan actividades parabancarias de las Instituciones financieras amplian su actuación pero añaden riesgo.

10. La organización conveniente de la actividad bancaria constituye un punto central del debate sobre su capacidad de éxito en un marco competitivo. De una parte, elementos tales corrió la formación del personal y la mercadotecnia financiera se constituyen en factores clave para una competencia intensa.

De otra parte, la mayor agresividad, competitiva, por sus menores costes, de las empresas especializadas en algunos productos y servicios abre el tema de la conveniencia de rediseñar las entidades bancarias como un centro o holding estratégico de un conjunto de entidades autónomas especializadas que les permita beneficiarse de las economías de la especialización.

Victorio Valle es catedrático de Economía Aplicada de la UNED y director general adjunto de la Fundación FIES de Ahorros Confederadas.

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