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Hacienda opta por recortar escuelas y carreteras y no subir los impuestos

El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, ha optado finalmente por no subir los impuestos este año, pueden subir en el año 1992 por la armonización del IVA, y reducir la inversión pública como estrategia básica para frenar el aumento del déficit público provocado por un disparo del gasto y un menor crecimiento de la recaudación fiscal.Solchaga dio ayer por terminado el debate sobre el ajuste presupuestarlo al anunciar públicamente un recorte del Presupuesto del Estado de 1991 de 341.062 millones de pesetas. Esta cifra es inferior al recorte de 440.000 millones de pesetas que inicialmente había propuesto Hacienda.

Los Ministerios más afectados son Defensa, Obras Públicas y Transportes y Educación, Economía e Industria. Obras Públicas ha logrado reducir el recorte de 140.000 millones a 106.000 millones, y Educación, de 65.000 a 35.000 millones de pesetas. El Ministerio de Defensa no pudo rebajar el recorte inicialmente previsto de 108.000 millones.

El ministro precisó que en Educación y Ciencia, los recortes no afectarían a las becas, pero sí a la construcción de escuelas. En Obras Públicas, reconoció que el ajuste supondrá un retraso en los planes de carreteras y otras infraestructuras.

El ministro indicó que ante la imposibilidad de efectuar recortes en los gastos de personal, transferencias corrientes -Seguridad Social, Insalud-, gastos financieros y compra de bienes y servicios, el único ajuste posible se podía practicar en las inversiones públicas.

Solchaga manifestó que durante el primer semestre el crecimiento del la economía se había situado en torno al 2,5%, pero que confiaba en una recuperación del segundo semestre para terminar el año con un crecimiento del producto interior bruto del 3%, dentro de las previsiones. En este sentido sefialó que la caída de la demanda interna había tocado fondo durante el primer trimestre al situar su crecimiento en el 2%, pero señaló que ya se habían detectado síntomas de recuperación por lo que esperaba cerrar el año en el 3%.

Por el contrario manifestó su preocupación por la incesante caída de la inversión que en su opinión "sigue desacelerándose sin haber tocado fondo todavía". En cambio, destacó el buen comportamiento del comercio exterior gracias a un sólido crecimiento de las exportaciones, del 12,7% -destacando el gran tirón de Alemania- y al moderado comportamiento de las importaciones cuyo crecimiento ha sido sólo del 5,7% en lo que va de año. Ello ha permitido reducir el déficit comercial en un 5%.

Para el ministro, la situación de la economía no es tan dramática como se había previsto al inicio de la Guerra del Golfo.

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