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Vía libre al Ejercito yugoslavo para detener los enfrentamientos entre serbios y croatas

La guerra abierta entre los croatas y los serbios no ha comenzado, pero 19 víctimas de los conflictos étnicos han caído ya y la población en las zonas de Croacia étnicamente mixtas vive bajo psicosis de guerra. Tras el asesinato de 12 policías croatas en Borovo Selo (Eslavonia) el jueves pasado, cerca de Vukovar, y de uno más en Krajina, la presidencia colectiva se reunió el sábado por la noche, en sesión de urgencia, y decidió autorizar la intervención del Ejército para evitar choques étnicos. Hasta ahora, se limitaban a ejercer una función intimidatoria, con maniobras disuasorias con carros de combate.

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"No pienso matar a nadie"

La presidencia colectiva llegó a la conclusión de que la situación en el país es compleja difícil, con el país al borde de la guerra civil, alabó el papel de las fuerzas armadas, desplegadas en las zonas críticas para impedir "la escalada del conflicto y exigió "la inmediata e incondicional detención de todas las actividades a lo largo y ancho del país que puedan provocar nuevos disturbios y confrontaciones".El Gobierno federal, reunido también de urgencia, el sábado por la noche, determinó, por su parte, que "mientras se llegue a la decisión final acerca del futuro arreglo de las relaciones internas [entre las diversas repúblicas] no habrá rediseño de las fronteras internas o externas". "En esto nos apoya Europa", señaló.

El presidente de Croacia, Franjo Tudjman, se dirigió anoche a la nación para explicar el significado del referéndum, convocado para el 9 de mayo, que determinará el futuro de esta república dentro o fuera de la comunidad yugoslava. La primera opción es que la república de Croacia sea un Estado soberano, internacionalmente reconocido y con sus propias Fuerzas Armadas. La segunda, sería la continuación de la fecleración yugoslava "inaceptable para Croacia". El mandatario croata dijo que si no se llega a un acuerdo acerca de la creación de la alianza de los Estados soberanos entre las actuales repúblicas yugoslavas, entonces la única opción restante sería la despedida.

El Gabinete de Ante Markovic, aparentemente incapaz de controlar la situación en el país, apostando por el despliegue de los tanques, también incapaces de frenar el odio y las amenazas de venganza de familiares y amigos de las víctimas, propuso al Parlamento federal aprobar su programa de reformas con el fin de "asegurar el desenalce pacífico de la crisis". También constató que las fuerzas armadas "juegan un papel positivo y contribuyen al apaciguamiento de los conflictos étnicos". Finalmente, hizo un llamamiento a la población a que se abstenga de provocaciones que incitan el odio.

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Llorar a los muertos

Mientras el Gobierno federal y la presidencia estaban reunidos en Belgrado hasta altas horas de la noche, Croacia lloraba sus muertos con millones de velas encendidas en las ventanas. En presencia del vicepresidente de Croacia, VIadimir Seks, fueron enterrados 10 de los 12 policías asesinados. Este, dirigiéndose a los parientes de los muertos, afirmó que los policías son "héroes caídos por la fundación de la nueva Croacia", y aseguró que sus muertes no han sido en vano. El vicepresidente yugosla,vo, el croata Stipe Mesic, aseguró que "terroristas llegados de Serbia" se ensañaron, una vez muertos, con los policías asesinados en Borovo Selo. "Les remataron en el suelo con tiros en la sien. Les sacaron los Ojos y les arrancaron, la cabeza", dijo.

Por otra parte, en la zona de Krajina resonaban nuevas explosiones y el transporte ferroviario se detenía en la capital, Knin. En Sibenik, en la costa dálmata, los serbios quedaron sin sus negocios. Los jóvenes croatas, indignados ante la muerte de un policía en Polaca, destrozaron ventanas de la sede de las fuerzas armadas.

En Knin, los serbios respondieron con la misma moneda, destruyendo las propiedades. croatas. Las familias eroatas enclavadas en Krajina, enclave serbio dentro de Croacia, prepararon la evacuación de sus familias a Zagreb, temiendo un ataque de los policías serbios controlados por el rebelde jefe de policía de Krajina, Milan Martic, quienes agredieron ayer a un ciudadano croata y tomaron a sus familiares como rehenes.

Por otra parte, los aldeanos de Cijevo, minúsculo pueblo croata en Krajina, viven aislados desde hace cinco días del resto del mundo, en medio de sus montañas y su pobreza. Los policías croatas y el ejército les tienen aislados de la rabia de los policías serbios: llevan cinco días sin luz y agua potable.

En los pueblos, más que en las ciudades, el ternor de los croatas es enorme: civiles armados, con la mando temblando en el gatillo, controlan a los pasajeros y a sus vecinos. La. prensa croata les bombardea con noticias acerca de los inminenlles ataques a los territorios serbios; la serbia hace lo mismo, sólo que los agresores son croatas. El hombre común teme al vecino serbio o croata con el que comparte su riqueza o su pobreza.

[El presidente de Macedonia, Kiro Gligorov, aseguró ayer a la agencia France Presse que su república se convertiría en Estado independiente en caso de que Eslovenia y Croacia se separaran de la federación yugoslava.]

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