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Los tres fallecidos en Sestao eran activistas de Iraultza que preparaban un atentado

Las tres personas fallecidas en Sestao (Vizcaya) en la madrugada de ayer, dos mujeres y un hombre, eran miembros del grupo terrorista Iraultza y fueron alcanzadas por la bomba que se disponían a colocar, según la policía. En 10 años de actividad terrorista, Iraultza (Revolución) ha causado ocho muertes, siete de ellas al estallar artefactos a los propios activistas que los manipulaban. El grupo se había aproximado políticamente a ETA y a Herri Batasuna (HB) después de año y medio de práctica inactividad.

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La policía confirmó ayer la identidad de dos de los fallecidos a partir de la documentación encontrada en el automóvil donde se produjo la explosión. Se trata de los DNI de María Rosa Diez Sáez y de Jesús Fernández Miguel, respectivamente. También se localizó una libreta de ahorros a nombre de Soledad Múgica Areitioaurtena. Fernández Miguel era también el titular del coche Seat 131, matrícula BI-5662-W, destruido en la explosión.El Gobierno Civil de Vizcaya confirmó a última hora de la tarde la identidad de los dos primeros, tras ser reconocidos por familiares. La identidad de la segunda mujer no ha podido determinarse con seguridad por el estado del cuerpo, completamente carbonizado. Rosa Diez residía en Barakaldo (Vizcaya). Nació el 5 de julio de 1961 en la aldea de Mioño (Cantabria), desde donde su familia emigró a Vizcaya cuando era una niña, según informa desde Santander Jesús Delgado.

En su domicilio, la policía encontró dos despertadores manipulados, un detonador, fusibles y sustancias necesarias para la preparación de la cloratita. Soledad Múgica era natural de Ermua (Vizcaya), aunque residía en Llodio (Alava). Tenía 40 años y era viuda. Jesús Fernández, también de 40 años, era natural de Cáceres y vecino de Portugalete (Vizcaya). A diferencia de las dos mujeres, relacionadas con ambientes radicales por su participación en movimientos asamblearios, Fernández era un completo desconocido. Las tres víctimas pertenecían presuntamente a Iraultza, según fuentes oficiales, y son los autores de la colocación de los dos artefactos que estallaron en el Centro Industrial y Mercantil de Vizcaya (CIM), en Bilbao, y en una oficina de empleo de Barakaldo. En Sestao, el automóvil se encontraba estacionado en el momento de la explosión cerca de otra oficina de empleo.

Un hombre colocó la primera bomba poco antes de las nueve de la noche en la sede del CIM, la patronal de Vizcaya, en -el número 6- de la calle de Rodríguez Arias. La rotura de cristales en el piso superior al del CIM causó heridas leves a la empleada de la limpieza y a tres trabajadores de la SER, que tiene sus estudios allí.

El mismo grupo, según la policía, colocó después el artefacto de Barakaldo, activado, como el primero, mediante un temporizador. Esta bomba estalló a media noche sin causar víctimas. El primer explosivo estaba compuesto de cloratita. En cambio, la bomba de Barakaldo contenía amonal, según los primeros indicios.

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Iraultza empezó a actuar en 1981 con la colocación de una bomba en un chalé del empresario Luis Olarra. Desde entonces ha perpetrado 224 atentados, la mayoría en Vizcaya, contra empresas envueltas en conflictos laborales, sucursales bancarias y centros oficiales. Algunos de sus miembros fueron antes militantes del Movimiento Comunista de Euskadi (EMK), partido que siempre ha negado cualquier relación entre ambos.

El grupo no ha realizado atentados contra personas, pero ha causado, con las de ayer, ocho víctimas mortales. Con una sola excepción, se trata de activistas a los que les estalló la bomba que manipulaban. Un explosivo colocado en una grúa en Portugalete (Vizcaya) acabó el 13 de agosto de 1986 con la vida del peón José Miguel Peña, de 18 años, ajeno a la organización terrorista.

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