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Crisis entre el Ejecutivo y los jueces

Una justicia enferma y un Gobierno cogido en la trampa. En un contexto como éste, basta una gota de agua para pasar de una crisis judicial a la crisis a secas. ¿La gota de agua? La declaración de incompetencia del juez de instrucción Thierry Jean-Plerre (... ) por el entierro de los affaires, así como el estado de deriva en que se halla la izquierda en el poder.( ... ) La idea de que existe una justicia a dos velocidades, una para los pudientes y otra para los ciudadanos de a pie, aviva la revuelta en aquellos que ya han tenido que abandonar la lucha de clases a contracorriente. A la crisis moral se añade la crisis institucional. El reparto de poderes definido por Montesquieu no funciona ya: el Ejecutivo, obeso, ha absorbido el espacio del legislativo y difuminado el del judicial. Falta de medios y falta de independencia. "Es un régimen monárquico aquel en el que el presidente de la República impone los procedimientos, revoca los tribunales y nombra a los jueces", protestaba Francois Mitterrand hace 20 años en El golpe de Estado permanente. ( ... )

Crisis política también: el Gobierno ya no puede contar con sus habituales mayorías de ocasión. Las maniobras practicadas hasta ahora con inteligencia por Michel Rocard han llegado a su límite. Ni el PC ni la derecha están dispuestos a regalar nada más. Algunos creen poder predecir el fin de reinado.

, 3 de mayo

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