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2.500 pájaros en Arganzuela

El 38º Concurso-Exposición de Canaricultura empezó ayer en la nave de las Terneras

Todo puede comenzar con un especial interés por criar pájaros en cautividad. Después nace la pasión por la canaricultura, una afición que lleva a emplear buena parte del tiempo libre en conseguir los mejores canarios en color, canto o postura. La Asociación de Canaricultores Españoles (ACE) celebra desde ayer y hasta el día 20 de enero su 38º concurso -exposición en la nave de las Terneras de la Casa de Cultura de Arganzuela. En él participan 2.500 pájaros muy diferentes entre sí, descendientes todos ellos del canario silvestre de las Islas Afortunadas.

La canaricultura es todo un mundo, con un lenguaje y unas técnicas propias. Esta afición cuenta con un mayor peso en Valencia, Andalucía y Cataluña. "Principalmente porque en esas zonas existe un mayor apoyo por parte de Gobiernos autónomos y ayuntamientos", afirma Sabino Andrés Melgar, presidente de la ACE de Madrid. Durante este fin de semana, el comité técnico del concurso ha estado dedicado en cuerpo y alma al enjuiciamiento de los canarios. Los jueces evalúan las cualidades de los ejemplares participantes estableciendo una puntuación en las distintas categorías: canto, postura, color, híbridos y exóticos. En todas las categorías participan machos y hembras, menos en la de canto (las hembras de los canarios no cantan).

A la luz del sol

"Cada juez escucha un máximo de 80 o 100 canarios al día, que suelen ejecutar sus destrezas en grupos de cuatro", explica Salvador Llamas, juez internacional de canto timbrado español. Salvador cría canarios desde los 14 años. "Mi primera jaula la fabriqué con una caja de madera de las que se utilizaban para el tabaco", cuenta. Ahora, con más edad -tiene 50 años- y más medios, desmiente en su criadero el mito de que gatos y canarios no pueden verse. "Mi gato se tumba junto a los pájaros y no pasa nada".El canto de los canarios no es siempre el mismo. Sus notas pueden tener un timbre metálico o de agua, y pueden sonar como un cascabel, una campana o unacastañuela. "Los canarios aprenden a cantar por condicionamiento; se les entrena tapando y destapando su jaula y consiguiendo que asocien el canto a la deseada luz del sol, explica Manuel Lobato, especialista en otra modalidad de canario cantor, el Malinois, procedente de Bélgica.

El color es otro de los aspectos que se evalúan en estos concursos. Mediante cruces de diferentes ejemplares se obtienen canarios como el codiciado Ágata rojo mosaico con factor azul, de procedencia italiana. Este pájaro, conseguido por hibridación con el Cardenalillo de Venezuela, resulta impensable en el medio natural. "Con su intenso color rojo sería como un semáforo que atraería la voracidad de las rapaces", comenta Vicente Ruiz, juez de color.

Con un aspecto totalmente diferente al de los ejemplares amarillos por todos conocidos, el Gloster con moña participa en la categoría de canario de postura. Algo que hace referencia a su porte. Con una corona de plumas en la cabeza, este ejemplar se presenta a concurso junto a otro canario inglés, el Norwick, grandote y con una cabeza aplastada de grandes dimensiones.

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Para presentarse a concurso son imprescindibles dos requisitos: que el canario esté sano y que lleve anilla. "Pájaro depre no gana", afirma Vicente Ruiz, uno de los jueces de color, para explicar el requisito evidente de la salud de los ejemplares. Las anillas son solicitadas por el cuidador antes del nacimiento de los polluelos. En ellas figura el año de nacimiento del canario, el número de criador y el número de orden de cada pájaro.

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