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Las cortes de arbitraje tratan de aumentar su participación en la solución de conflictos

El arbitraje civil en España, que recibió la apertura en diciembre de 1988, no ha conseguido la suficiente implantación, a pesar de que se han instaurado varias cortes especializadas y de que éstas se han encargado de realizar labores de propagación. No obstante, los responsables de la Corte Civil y Mercantil de Arbitraje (Cima), Santiago Foncillas, Víctor Mendoza y Antonio Sainz de Vicuña, consideran que no lleva el sistema suficientemente implantado como para que la sociedad española se haya acostumbrado a acudir a ellas para evitar los tribunales.

La poca implantación de estas cortes civiles de arbitraje, cuya ventaja es que permiten sustituir a los canales de jurisdicción ordinaria y, principalmente, reducir los plazos a seis meses en aquellos conflictos en que las partes acuerdan la mediación de un árbitro (normalmente son tres personas), ha provocado que se sigan preparando acciones de información como las jornadas que sobre el tema se van a desarrollar los próximos 25 y 26 en Madrid.

Los objetivos de Cima son mejorar esa situación y acercarse a los niveles de otros países como Estados Unidos y Francia. En EE UU, por ejemplo, las dos primeras cortes sumaron el pasado año 65.000 laudos cuando en España apenas se rebasan los 15.

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