Detención en Biarritz
LA DETENCIÓN en Biarritz del dirigente de ETA José Javier Zabaleta, Waldo, considerado por la policía española responsable de los comandos operativos de la organización terrorista, constituye un importantísimo éxito policial y una esperanzadora noticia para la pacificación de Euskadi. Refleja, en primer lugar, que se mantiene la cooperación entre los servicios de seguridad de Francia y España, pieza clave de la estrategia antiterrorista, y que ya se tradujo en operaciones como el desmantelamiento del sanguinario comando itinerante y las detenciones de otros dos significados jefes de la banda, Santi Potros y Josu Ternera.La vieja distinción entre medidas políticas y policiales hace tiempo que quedó superada. La eficacia policial, uno de cuyos elementos decisivos es esa cooperación franco-española, constituye la primera de las medidas políticas imaginables para acabar con ETA. Y ello porque, si bien es posible que el último acto del proceso de pacificación implique alguna forma de diálogo que formalice el compromiso de abandono de las armas por parte de los activistas, es seguro que el penúltimo acto de ese proceso será, en todo caso, un éxito policial de entidad. Pues tanto la experiencia internacional como la de la antigua ETA Político-militar demuestra que sólo tras un debilitamiento decisivo de la capacidad operativa de los terroristas aceptarán éstos entrar en una vía razonable de diálogo. Y dada la supercentralizada estructura actual de la banda armada, ese debilitamiento pasa por la detención de su cúpula directiva. De ahí la importancia de este golpe policial y político al terrorismo.
