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El proyecto del IRPF aprobado por el Gobierno recorta las ventajas anunciadas del Libro Blanco

El nuevo impuesto sobre la renta que aprobó ayer el Consejo de Ministros recorta considerablemente los beneficios fiscales que se barajaron tanto en el Libro Blanco de la reforma como en distintos borradores del impuesto. El coste de la reforma -que para el primer año se estimo en unos 300.000 millones de pesetas- ha primado sobre otras consideraciones, con lo que sólo las plusvalías se beneficiarán de una clara reducción de la presión fiscal. El nuevo impuesto sobrela renta aumenta la desgravación del 2% hasta el 3% por gastos de dificil justificación en los ingresos de rentas del trabajo. Mientras, ha eliminado la deducción por guarderías y todas las existentes para comprar la segunda vivienda.

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La tarifa del nuevo IRPF irá desde un mínimo del 20% para las rentas de 400.000 pesetas a un máximo del 55% para las superiores a 8,5 millones de pesetas (9,5 millones en declaración conjunta). Estas cotas se reducirán gradualmente en los próximos tres años hasta alcanzar un tipo mínimo del 18% y un máximo del 50%. Los contribuyentes con rentas del trabajo podrán deducir un 3% de sus ingresos íntegros como gastos de difícil justificación. Esta deducción es ahora del 2% y los sindicatos pidieron al Gobierno que se situara por encima del 10%. La limitada mejora del trato fiscal a las rentas el trabajo se ampliará en los próximos tres años hasta que dar en el 5% en 1993, con un máximo de 250.000 pesetas. La deducción por rentas del trabajo en la cuota será de 25.000 pe setas, desde las 23.000 actuales.

La mejora gradual de la tributación de la renta es la característica más destacada de la reforma. La mayor parte de las deducciones se irán ampliando de 1991 a 1993, según aseguró ayer el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga. El gradualismo también se aplicará a la tarifa, pues en 1993 el tipo máximo de la tarifa será del 50% y el mínimo del 18%.

Este sistema de aplicación gradual de la reforma intenta reducir su coste en recaudación, ya que, según Solchaga, parte de la menor recaudación se compensará con la "ampliación de bases que resultará de la modificación del sistema de estimación objetiva y estimación directa que ahora realizan los empresarios". El problema es que el inicio de esta reformase ha aplazado hasta 1992, y también se hará progresivamente.

Retenciones

Uno de los principales efectos de la reforma, al reducir en términos globales la presión fiscal será elevar el número de declaraciones con derecho a devolución. Para evitar este efecto Solchaga anunció ayer que las rentenciones se ajustarán a la baja entre 1991 y 1992 para evitar que todo el coste de la reforma se traslade al año 1992, ya que el próximo ejercicio se pagará la cuota diferencial de la renta de 1990, para la que se aplica la ley actual. En 1992 mientras, ya se tributa por la nueva ley sobre las rentas que se obtengan el próximo año y, de no reducir las retenciones, aglutinará un abultado número de declaraciones con derecho a devolución.

El ajuste de las retenciones por la inflación sólo se aplicará durante los últimos meses de este año ya que fue ayer cuando el Gobierno aprobó el decreto de deflactación de las mismas en un 5%. La nómina de agosto es la primera a la que se podrá aplicar este ajuste, con lo que sólo será efectivo cinco meses.

El Consejo de Ministros eliminó ayer la deducción por cuidado de niños que recogía el último borrador del IRPF ya que, según Solchaga, "va en contra del programa del PSOE en materia educativa". El nuevo IRPF también elimina todas las deducciones por la compra de la segunda vivienda. Las deducciones directas ya estaban eliminadas pero subsistían las deducciones por los intereses de los créditos pedidos para esa compra que, finalmente, se han eliminado.

Las deducciones del nuevo impuesto son, en general, meras actualizaciones de las presentes. Por hijos menores de 25 años se podrán deducir 20.000 pesetas, y por los ascendientes mayores de 65 años que convivan con el contribuyente, 15.000 pesetas.

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