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Al agua, libros

La biblioteca de Torrejón de Ardoz se traslada a la piscina

Los habituales usuarios de la piscina municipal de Torrejón de Ardoz se han encontrado esta temporada con una novedad en el interior del recinto. El servicio de bibliotecas de la delegación municipal de Cultura y Juventud del Ayuntamiento ha instalado una "biblioteca de verano" para que chicos y grandes compartan el baño y la lectura. Dos casetas de las utilizadas en la Feria del Libro han servido para almacenar 300 libros. Los tebeos, las revistas del corazón y los periódicos son la lectura más solicitada por los bañistas que, de lunes a jueves, acuden a darse un remojón.

Rosario, Pilar y Ricardo se encargan de lunes a jueves, durante cinco horas diarias, de atender las peticiones de los bañistas que, después de remojarse, tuestan su piel con un libro en las manos.La biblioteca, que en la actualidad presta de 25 a 30 volúmenes diarios, se nutre de jóvenes de nueve a 16 años y adultos que sobrepasan la treintena. "Resulta curioso", afirma Rosario, "que los jóvenes de 17 a 30 años, que habitualmente son los que más frecuentan las bibliotecas municipales, aquí casi ni aparecen".

En dos casetas utilizadas en la Feria del Libro, situadas sobre el césped, se acumulan 300 ejemplares -entre libros, novelas, tebeos, revistas de información general y de sociedad y los periódicos diarios- dispuestos para los más de 1.000 usuarios que acuden cada día a la piscina.

Límite de horario

Para los piscineros, una fotografía es suficiente para obtener, de forma gratuita, el carné de verano; los lectores habituales, sólo presentar el de las bibliotecas municipales. Ese control sirve para retirar los libros, que se prestan hasta que cierran las instalaciones, salvo en el caso de revistas y diarios, que deben devolverse transcurrida una hora.Los tebeos, las revistas del corazón y los diarios están a la cabeza de las preferencias de los lectores, aunque hay casos en que un determinado libro sirve de ayuda para preparar un trabajo pendiente entre chapuzón y chapuzón.

Al final del día, si no se concluye la lectura del libro, se inserta una señal y "se reserva" para la jornada siguiente, asegura Rosario, que de cuando en cuando, al igual que sus compañeros, se desplaza hasta la entrada de la piscina y por los altavoces anuncia la "biblioteca de verano".

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Anselmo, de 12 años, y Ana, de 13, consideran que la biblioteca "está muy bien", porque pueden leer mientras se secan, aunque dicen que algunos de los libros son un poco aburridos. Las aventuras de Astérix son las preferidas de Anselmo, aunque las mayores peticiones son para Mortadelo y Filemón, que no están en la caseta. A pesar de los 300 volúmenes existentes, algún bañista solicita ejemplares que no se encuentran allí; en ese caso se trasladan desde otra biblioteca en un plazo de 48 horas.

La experiencia, comenzada hace apenas dos semanas, cuenta poco a poco con más adeptos, y una vez que los bañistas posean el carné se llegarán a prestar 200 volúmenes diarios, según Rosario, que desde el interior de la caseta observa los libros repartidos por el césped, alguno de los cuales "regresa húmedo" a su estantería. Sin embargo, los días de más afluencia de visitantes -viernes, sábado y domingo-, la biblioteca se cierra por descanso del personal.

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