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Mercado monetario e innovación financiera

Considera el articulista que todo parece dispuesto a favorecer las innovaciones financieras que han surgido en los últimos años en nuestro país. A su juicio, es imprescindible que el mercado de nuevas ideas crezca en sabiduría, basándose en las experiencias realizadas, resaltando la labor de selección que impondrán paulatinamente los consumidores de servicios y productos financieros.

En el mundo actual, la innovación financiera constituye una de las mayores claves del éxito.Uno de los rasgos fundamentales de nuestro sistema financiero es el de la creciente innovación. Una visión somera de los recientes cambios habidos en la industria de los servicios financieros sorprende al observador. Los últimos años han sido testigos del mayor número de innovaciones financieras registrado en la historia financiera nacional e internacional, lo que refleja la vitalidad y vigor de las fuerzas competitivas.

Me gustaría considerar la innovación financiera como una palanca de estímulo positivo para el sistema financiero. Sin embargo, algunas cosas catalogadas inicialmente como innovaciones financieras tienen, para alguien distinto de sus promotores, poca o ninguna consistencia cuando quedan despojadas del cromado superficial del que son revestidas.

Por el contrario, la innovación financiera implica casi siempre la modificación de una idea preexistente referente tanto a un producto como a un pro ceso, si bien las revoluciones tecnológicas en profundidad que tienen lugar en el mercado de bienes ocurren en menor medida en el mercado financiero. Se admite corrientemente, no sin serias razones, que el elemento nuevo de un producto se define como aquel que despierta las motivaciones del comprador, más que como el que transforma la naturaleza misma del producto.

No debemos olvidar, por añadidura, que estamos haciendo referencia al tema del dinero, tema irracional por excelencia.

Una consideración importante es saber el alcance y significado de cuál ha sido la influencia de los nuevos productos en el mercado, así como en las cuentas de resultados de las instituciones financieras.

Sobre este accionar hay que tener muy en cuenta los costes fijos y variables que se deberán soportar.

En efecto, el lanzamiento de nuevos productos supone nuevos gastos tales como impresos y folletos, información y formación de los vendedores, publicidad, información al público, puesta en práctica de procedimientos informáticos y administrativos, etcétera. Éstas y otras son las dificultades que entraña el incrementar la gama de productos.

Partiendo de la base de que en la mayoría de los casos se produce una transferencia de fondos de un producto a otro y no un aumento en la cuota de mercado, la creación de estos productos no supone necesariamente un incremento paralelo de recursos que permita hacer frente a estos costes.

Para que una idea sea viable como innovación financiera ha de contribuir a hacer más eficiente y/o completos, en un sentido operativo, los mercados financieros en que tiene lugar. Por supuesto, el sentido de los mercados financieros es el de canalizar los ahorros de la sociedad hacia las oportunidades de inversión de mayor rentabilidad, ajustadas por el riesgo así como por las molestias causadas a una o ambas partes.

La novedad útil

Partiendo de la base de que estamos interesados en buscar lo que podríamos denominar la novedad útil o, dicho de otra forma, la novedad que nos permita: a) hacer que el dinero que se encuentra fuera del sistema financiero o en otra entidad nos sea confiado; b) aumentar la cuota de mercado y el margen de beneficio; c) o incluso, objetivo que muchas veces no supone falta de ambición, conservar la cuota de mercado y el margen de beneficio si una u otra tienen tendencia a disminuir.

Haciendo un breve repaso, una innovación financiera puede ser tanto un nuevo producto como los pagarés de empresa, los planes de ahorro sistemáticos, las cuentas corrientes de alta remuneración, las cuentas directas de deuda anotada o un nuevo proceso, como el sistema de envío de fondos mediante transferencia electrónica. Sin embargo, raramente observamos que la innovación financiera suponga la introducción de algo novedoso en su totalidad.

Pienso que difícilmente Podemos razonar de otro modo. Y ello por dos razones:

1. Los productos actuales son prácticamente idénticos en todas las entidades financieras. Analizando las operaciones de pasivo de los bancos puede observarse que los elementos básicos de los productos Financieros que ofrecen no son diferenciados. La diferenciación entre las entidades financieras se obtiene a través de otros aspectos como la red de oficinas, el servicio al cliente, la seguridad. e imagen de la entidad, etcétera. Esta homogeneidad de productos es debido más que a los propios mecanismos financieros a las presiones que ejerce el mercado.

2. Los productos financieros no son patentables ni hay forma de que sean protegidos en la práctica. Cuando un producto es lanzado al mercado la mayoría de las entidades financieras lo incluyen en su gama. Por ejemplo, ¿cuánto tiempo ha transcurrido desde el lanzamiento de la primera cuenta corriente de alta remuneración y las siguientes? El plazo ha sido extremadamente corto. En general, tal plazo será inferior al periodo de tiempo necesario para que el ahorrador comprenda la novedad del producto y cambie su cuenta de una entidad a otra.

Otra fuente de la innovación financiera es el movimiento hacia la consecución de un mercado completo. Existe un mercado completo cuando, toda posible contingencia se corresponde con un activo financiero específico. Por el contrario, el mercado se considera incompleto cuando el número y tipos de activos financieros disponibles no cubren estas posibles contingencias. En otras palabras, cuando existe una demanda no satisfecha de determinado activo financiero deseado por la clientela inversora. Por consiguiente, si un mercado es incompleto existe el hueco para la actuación de un intermediario financiero o un prestatario directo para que aproveche la oportunidad de amoldar las ofertas de activos a los deseos insatisfechos de los inversores y cubra dicha insatisfacción de las condiciones originalmente ofertadas de vencimiento, garantías, amortización o características del flujo de fondos acordado, etcétera. Como la mayoría de las cosas, acertar plenamente es cuestión de grados. El número estricto de activos necesarios para convertir un mercado en teóricamente eficiente seguramente resultará insuficiente en la realidad. La cuestión es si existe un número suficiente de activos como para hacer un mercado razonablemente completo y no de manera absoluta.

Mercados competitivos

Por tanto, las innovaciones financieras tienen lugar como respuesta a las oportunidades de beneficio que surgen por causa de las insuficiencias de la intermediación financiera y/o de un mercado incompleto. Si los mercados son verdaderamente competitivos la rentabilidad que una innovación financiera proporciona a su promotor original se reducirá a lo largo del tiempo. Por supuesto, la existencia de una innovación rentable invita a que otros agentes lancen al mercado productos o procesos financieros semejantes. En la medida en que esto ocurra los márgenes de beneficio del agente innovador se deteriorarán y la rentabilidad relativa de los consumidores de servicios financieros frente al promotor se incrementará. En otros términos, a medida que madura una innovación financiera los márgenes de rentabilidad del promotor se reducen y los beneficios de la innovación redundan paulatinamente en mayor medida en favor del consumidor. Por lo menos así habría de ser y generalmente lo es.

Un caso concreto que se ha producido recientemente es el lanzamiento por parte del Banco de España de las cuentas directas de deuda anotada. Este servicio ofrece la posibilidad de suscribir y mantener directamente por los particulares cualquier modalidad de deuda del Estado. Lo destacable de este servicio es el consiguiente ahorro, ya que el Banco de España como intermediario fija sus comisiones (el Banco de España cobra una comisión del uno por mil sobre el importe del efectivo que transfiera, con motivo de la amortización o pago de intereses con un mínimo de 100 pesetas) a un precio inferior que las restantes instituciones financieras que operan en este mercado de deuda del Estado.

A la vez que los tiempos están maduros para la innovación financiera los instrumentos formales de análisis pueden ser utilizados para darnos una mejor visión, tanto teórica como práctica, del cambiante entorno financiero en el que vivimos. Resulta excitante, a la vez que tranquilizador, darse cuenta de que las consideraciones macrofinancieras resultan inevitables en un campo en el que hasta el presente han venido siendo denominadas por consideraciones microfinancieras.

En definitiva, todo obra en favor de que las rápidas y profundas innovaciones financieras surgidas en los últimos años continúen teniendo lugar, si bien estimo que serán innovaciones diferentes. El mercado de nuevas ideas ha de crecer en sabiduría a fuerza de una mayor experiencia referente a las innovaciones financieras realizadas. Seguramente los consumidores de servicios y productos financieros se volverán más diestros en la labor de discriminación.

Ramón Casilda Béjar es gerente de Norsistemas Consultores.

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