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A fuerza de golpes

La Mutua Madrileña califica de "prepotente" e "irracional" la actitud de algunos talleres de automóviles

La Mutua Madrileña Automovilista mantiene en las últimas semanas un singular contencioso con la Asociación de Talleres Concesionarios de Automóviles Intermarcas de Madrid (Acima), respecto al incremento del precio de la mano de obra que se aplicará a lo largo del presente ejercicio. Ahora la Mutua ha redactado una carta en la que explica a sus más de 64.000 mutualistas propietarios de coches Ford los motivos que han llevado a la compañía a tomar la decisión de suspender temporalmente la contratación de seguros a todo riesgo para automóviles de la citada marca.

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El contencioso tiene su origen en las diferencias de criterio respecto al precio que las compañías aseguradoras deben pagar a los talleres por cada hora de trabajo, aunque por el momento no está claro si la subida pretendida por los concesionarios madrileños es del 50%, como afirman los responsables de La Mutua; o entre el 25% y el 35%, como ha dicho el presidente de Acinia, Pedro Fernández.Mientras tanto las distintas organizaciones representantes de los usuarios -independiente mente de cuál sea el incremento realmente defendido-, coinciden en que los porcentajes que se barajan por cada una de las partes -aunque dispares entre sí- se encuentran muy alejados de otro tipo de subidas, por no decir, por ejemplo, de la previsión de inflación para 1990, o de la recomendación de aumento de los salarios para el presente año.

La estrategia

Lo que llama la atención, sin embargo, es la existencia de un Documento base para la negociación con las aseguradoras, fechado en octubre de 1989 y redactado por Acima, en el que, tras enunciar los objetivos generales inspiradores de la citada asociación, fija la estrategia a seguir por parte de los concesionarios adheridos respecto de las compañías de seguros que no acepten sus reglas."Para aquellas aseguradoras que no suscriban el acuerdo a que se llegue", se dice en la página 12 del documento base, "será necesaria una actuación rígida por parte de los concesionarios", añadiendo que "el cliente deberá sentirse incómodo con su asegu radora, de forma que decida cambiar a una adherida al convenio, al vencimiento de la póliza".

La reacción de La Mutua Madrileña fue la de no aceptar lo que en fuentes de la compañía se calificaba como "un chantaje". Poco después, sus órganos de gobierno decidían suspender temporalmente la contratación de segruros de daños propios para los vehículos de la marca Ford, en respuesta a la pretensión de los talleres de carrocería de Madrid concesionarios de esa marca, "de intentar imponer unos precios en las reparaciones superiores en un 50% a los vigentes hasta el 31 de diciembre pasado", señalaba un anuncio publicado en varios periódicos.

La Mutua tiene asegurados a todo riesgo en Madrid más de 64.000 coches de la marca Ford, a cuyos propietarios se les hará llegar una carta en la que, entre otras cosas, se tilda de "prepotente" e "irracional" la actitud de algunos talleres de automóviles concesionarios de Ford. "Tales talleres, actuando de forma conjunta y prepotente", se dice en la carta, "pretenden imponer un injustificable aumento en los precios de las reparaciones".

"Por no aceptar sus exigencias", añade, "están boicoteando a los asegurados de La Mutua, negándose a aceptar sus vehículos y provocando incidentes con los mutualistas al objeto de desprestigiar a la entidad".

La compañía, que afirma que no tolerará "abusos ni precios que no vayan establecidos por disposición legal y, en su defecto, por la libre competencia" se reserva las acciones legales ante los tribunales competentes.

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