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Saturadas las urgencias del hospital de la Princesa, que asume provisionalmente ocho consultorios más

Jorge A. Rodríguez

El sindicato de enfermería SATSE ha denunciado la caótica situación del servicio de urgencias del hospital de la Princesa de Madrid. Esta saturación viene dada por la reforma del hospital Doce de Octubre, que ha obligado al centro de la Princesa a asumir ocho consultorios del distrito de Carabanchel. Según los datos del SATSE, se ha pasado de atender a 400.000 asegurados a atender 700.000, y de recibir unas 75 urgencias diarias a registrar unas 170. El sindicato asegura que el 5 de diciembre murió en los pasillos de urgencias una mujer, aquejada de cirrosis crónica, que no pudo ser hospitalizada. La dirección del centro no ha podido confirmar este extremo, aunque sí la saturación de las urgencias.

El hospital de la Princesa, situado en la calle de Diego de León, en pleno centro de Madrid, atiende a los 414.689 habitantes del área número 2 (Centro-Norte), de las 11 en que está dividido Madrid. Hacia ella se han derivado algunos de los 630.051 que atiende el Doce de Octubre, hospital de referencia del área 11 (Sur-11), con 15 consultorios, cinco centros de salud y tres ambulatorios, según los datos del Insalud. El centro sanitario -que tiene bajo su área de influencia dos centros de salud y 15 consultorios- asumió la atención de los ocho consultorios de Carabanchel -la totalidad de los existentes en el distrito- a principios de noviembre, y desde entonces comenzaron los problemas. Desde esa fecha se han producido situaciones de caos en las urgencias, hasta el punto de que, según las delega das del sindicato de enfermería (SATSE), en más de una ocasión ha habido hasta 15 enfermos sentados en sillas de ruedas en los pasillos del hospital, cuando necesitaban ser internados.

Esta situación ha obligado a meter a dos enfermos en cada una de las cinco habitaciones del servicio, en las que habitualmente se atiende un solo enfermo. "Así", comenta Carmen Galdámez, delegada del SATSE, "para sacar al enfermo que está al fondo de la habitación hay que mover la otra cama. Para meter el carro de aparatos para paradas cardiacas también hay que mover una cama".

Julio Romero, director gerente del hospital, reconoce que algunos días se produce una "sobrecarga" de las urgencias. "Nuestra área de urgencia es pequeña, aunque suficiente para atender los casos que teníamos antes, pero hay momentos en que nuestra capacidad se ve muy saturada, y hay el doble de pacientes en urgencias de los que podemos atender con holgura", añadió. Romero asegura que hoy se celebrará una reunión "para saber la capacidad máxima de colaboración que podemos prestar al Doce de Octubre".

Pasillos

La denuncia más grave formulada por el SATSE se refiere a la muerte de una mujer, aquejada de cirrosis crónica. Esta mujer, de 58 años, era conocida en el hospital por ingresos anteriores. Según la versión del sindicato, confirmada por dos enfermeras del centro, la muerte se produjo cuando la mujer estaba sentada en una silla de ruedas en el pasillo."Estuvo una hora en el pasillo, cuando lo que necesitaba era ser hospitalizada en cama, pero no había espacio", según SATSE. Esta muerte no ha sido confirmada por el director del centro médico.

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"Todo esto se produce no sólo porque viene más gente y no hay, sitio, sino porque tampoco han aumentado el personal", según las delegadas sindicales. En las urgencias, según las mismas fuentes, trabajan 30 médicos, 27 enfermetos (ATS) y 27 auxiliares de enfermería, divididios en cuatro turnos.

El sindicato ha denunciado también que en las habitaciones de urgencias destinadas a observación los pacientes permanecen hasta una semana, cuando en realidad están destinadas para sólo 24 horas. "Son camas de urgencias que se han convertido en camas de hospitalización". En estas habitaciones, diseñadas para albergar a un solo enfermo, hay dos "por lo que cuando el médico tiene que reconocer a una persona ingresada, la otra tiene que darse la vuelta para no verlo", afirma Matilde Castillo, también delegada del SATSE. Los paciente de estos cuartos, además, tienen que comer de uno en uno, ya que sólo hay una mesa de comida por habitación, al igual que también hay sólo una cuña (vasija metálica para hacer deposiciones) para cada tres pacientes.

Los representantes del sindicato de enfermería denuncian asimismo algunas deficiencias estructurales. "Las unidades de vigilancia intensiva móviles no pueden pasarse hasta el servicio de urgencias porque son demasiado altas y chocan contra un pequeño puente que hay sobre la rampa que da a dicho servicio. También hay cerradas otras 10 habitaciones, para meter archivadores, mientras terminan unas obras".

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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