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El Gobierno salvadoreño no responde de la vida de los obispos progresistas

Las autoridades salvadoreñas pidieron ayer al papa Juan Pablo II que ordene la salida del país de los obispos más progresistas, amparándose en que "amplios sectores de la población" sospechan de su connivencia con la guerrilla. En una carta enviada al Pontífice, "a título personal", por el fiscal de la República, Mauricio Eduardo Colorado, se advierte que el Gobierno de Alfredo Cristiani no está en condiciones de garantizar, en estos momentos de intensa guerra civil, la seguridad de los máximos responsables de la Iglesia católica en El Salvador.

El mensaje enviado al Vaticano, si bien no incluye nombres, se refiere suspuestamente, según informa Antonio Caño, al arzobispo de San Salvador, Arturo Rivera y Damas, y a su más directo colaborador, Gregorio Rosa Chávez, quienes ayer presidieron los funerales por los seis jesuitas (cinco de ellos españoles) y las dos mujeres asesinados a sangre fría en la madrugada del pasado Jueves en la Universidad Centroamericana (UCA) por un numeroso grupo de hombres unifor*mados supuestamente pertenecientes al Ejército salvadoreño."Existe una presunción vehemente de que los asesinos de los jesuitas son elementos de las fuerzas armadas con íntima conexión con ellas", afirmó ayer el arzobispo de San Salvador en su homilía.

"No han matado a la Compañía de Jesús ni a la Universidad Centroamericana. No las han matado", afirmó, por su parte, preso de la emoción, el provincial de los jesuitas en Centroamérica, el español José María Tojeiro, durante las exequias, a las que asistieron Cristiani, el nuncio apostólico y la delegación. diplomática llegada desde Madrid y presidida por el subsecretario de Asuntos Exteriores, Inocencio Arias, informa Georgina Higueras. El histórico dirigente guerrillero Rubén Zamora, refugiado en la Embajada de México por temor a ser eliminado, fue uno de los que portaron a hombros el féretro de Ignacio Ellacuría, rector de la UCA, hasta la iglesia de la universidad, donde las víctimas fueron sepultadas en nichos excavados en la pared.

El presidente salvadoreño, de cuya buena fe no duda el Gobierno español, ha puesto en marcha un dispositivo especial para velar por la seguridad de Rivera y Damas, cuyo antecesor en el cargo, Óscar Amulfo Romero, fue asesinado por escuadrones de la muerte en 1980.

Sólo 55 de los cerca de 500 españoles residentes en El Salvador, incluidos más de 20 jesuitas, han decidido utilizar el avión fletado el sábado por el Gobierno de Madrid para evacuar a los ciudadanos españoles y de la CE que deseen abandonar el país. El avión, en el que viaja Inocencio Arias, despegó anoche del aeropuerto de Comalapa.

Mientras tanto, la guerra entre el Ejército y los rebeldes del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) sigue en toda su crudeza. La guerrilla, según noticias aún confusas de la madrugada de hoy, habría perdido parte de sus posiciones en San Salvador, especialmente en el barrio de Mejicanos, donde los gerrilleros parece que estaban abandonando sus posiciones.

Páginas 2 y 3

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