Hito y mito
Acabamos los ochenta como los empezamos: con el continuado auge del cine de terror, terror visceral, nauseabundo, apoteosis de la carne, la sangre y otros líquidos. Todo tiene sus posibilidades artísticas, por supuesto, pero la reiteración y la masificación está agotándolas a velocidades intolerables.El germen no era en principio nocivo y se desarrolló con buenas dosis de ironía y toques macabros en la década anterior, con puntales como La noche de los muertos vivientes, La matanza de Tejas, El abominable doctor Phibes o Alien, pertinentes innovaciones del terror todas ellas que han creado escuela y en general han hecho aborrecer al respetable con sus mil y un refritos.
La matanza de Tejas planea esta noche a la peor hora posible, la hora de la cena. Y no es El festín de Babette. Es un happening de antología de sierras mecánicas y descuartizamientos en pleno contexto rural norteamericano. Una vorágine de horror hábilmente perpetrada por Tobe Hooper, que, dicho sea entre paréntesis, tiene una secuela del filme -no estrenada en nuestras pantallas grandes pero sí editada en vídeo- todavía más alucinante y sarcástica que ésta, a base de crispar los nervios del público con el sonido de las sierras, como diabólica, malévola banda sonora. Un hito del género absolutamente imprescindible.
También el marco rural centra la acción de Tierra de rastrojos, la ópera prima de Antonio Gonzalo (Demasiado para Gálvez y Terroristas continúan la línea singular y más bien marginal del cineasta), un rudo drama sobre la Andalucía inmediatamente anterior a la guerra civil con considerable carga crítica y astutas dotes para la observación de la sociedad del momento.
La matanza de Tejas se emite a las 22.05 por TVE-2; Tierra de rastrojos, a las 2.00 por TVE-1.
