_
_
_
_

Los últimos de Afganistán.

El teniente general Boris Gromov, de 45 años, con un ramo de flores y acompañado por su hijo Maxim, cruza a pie el puente sobre el río Amú Daria que separa Afganistán de la Unión Soviética. Atrás queda, huérfano de soldados soviéticos, un país que durante nueve años ocupó, ante las iras occidentales, el Ejército Rojo. Atrás quedan, asimismo, un Gobierno tambaleante, presidido por Najibulá, y una capital, Kabul, acosada por la guerrilla. Al sur de Afganistán, en el vecino Pakistán, los partidos suníes han propuesto la formación de un Gabinete de transición con un fundamentalista al frente. La retirada concluyó exactamente en la fecha prometida por Mijail Gorbachov, el 15 de febrero de 1989. Páginas 2 y 3

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_