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Reunión Pérez-Salinas sobre deuda externa

El presidente electo de Venezuela, el social demócrata Carlos Andrés Pérez, se entrevistó ayer con el presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, en un encuentro marcado por el problema de la deuda exterior de ambas naciones, dijeron fuentes diplomáticas.Ambos países son miembros del Consenso de Cartagena que centra su acción en la deuda exterior latinoamericana que asciende a unos 440.000 millones de dólares.

El actual jefe del ejecutivo venezolano, Jaime Lusinchi, decretó una moratoria sobre el pago de principal de unos 20.000 millones de la deuda exterior bancaria del Estado, a un mes de abandonar la presidencia.

Salinas de Gortari anunció el pasado lunes que la actitud de México en las negociaciones con sus acreedores "seguirá mostrando seriedad, preferimos la firme negociación a la confrontación". Los analistas de finanzas internacionales consultados interpretaron las palabras del jefe del ejecutivo mexicano tanto como una continuidad como advertencia de un posible endurecimiento.

Los dos grandes partidos de la oposición venezolana, Acción Democrática (AD) de Pérez, y el Movimiento al Socialismo (MAS), saludaron la decisión de Lusinchi esta semana, aunque señalaron que era tardía.

La decisión sorprendió no obstante a la mayor parte de los observadores, ya que Pérez debe asumir su mandato de cinco años el dos de febrero.

La deuda exterior pública y privada de venezuela asciende a 33.000 millones de dólares, de los cuales 25.000 corresponden a la deuda contraída por el Estado. Los funcionarios venezolanos señalaron esta semana que su país no había obtenido ninguna pese al pago regular y sistemático de principal e intereses sobre su deuda.

La caída del precio del petróleo y una moneda sobrevaluada, que alentó la fuga de capitales han llevado al país a un cuello de botella de sus pagos exteriores. Venezuela obtuvo términos más favorables para 21.000 millones de su deuda exterior en 1986, pero este año no logró obtener financiación fresca de sus acreedores. Entre otras cosas no logró poner en marcha un crédito comercial de 1.000 millones de dólares con garantía de sus exportaciones de petróleo, negociado con Bank of America y Salomon Brothers.

Mientras, México, con una deuda exterior pública y privada del orden de los 105.000 millones de dólares, ha reiterado en los foros internacionales y en declaraciones dentro de su país que observará estrictamente los plazos de pago de su deuda. En diciembre el secretario de hacienda, Pedro Aspe, señaló que no se alteraría la política de pagos. Por su parte el secretario de Programación y Presupuesto, Ernesto Zedillo, afirmó que su país no necesita una moratoria de pagos, gracias al saneamiento de la economía que ha permitido tener un sector interno excedentario.

Por su parte Perú, con una deuda exterior de 15.800 millones de dólares, se apresta a reanudar las líneas de crédito con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Perú decidió en 1985 reducir sus pagos de deuda al 10% de sus ingresos por exportaciones. En 1986 el FMI le suspendió el crédito cuando Perú tenía pagos en mora por 158 millones de dólares.

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