Gary Cooper en cohete
Elegidos para la gloria fue un proyecto ambicioso, un proyecto que se tradujo en un fracaso más o menos estrepitoso. Realizada en 1984, sus productores, Irwin Winkler y Robert Chartoff, habían comprado los derechos de la obra en que se basaba -Lo que hay que tener, de Tom Wolfe- y habían acariciado a diversos cineastas para hacerse cargo de la puesta en escena.Finalmente, la película costaría aproximadamente 25 millones de dólares -y arrojaría 180 minutos de proyección, de la que aquí nos perdimos unos 40 en su estreno- y la realizaría Philip Kaufman dando una superproducción atractiva y configurando un relato épico sobre el cielo norteamericano surcado de grandes conquistadores.
Un recorrido que es una gesta aérea presentada según los esquemas de la iconografía yanqui: sólo hace falta asistir a la escena de las cabriolas de Shepard y su colofón, una imagen que nos retrotrae a los viejos y solitarios cowboys de tantos y tantos -pero nunca tontos- westerns de antaño. Únicamente ha cambiado el caballo, que ahora es a reacción, pero el jinete sigue montando los mismos valores tradicionales de siempre. Y la película llega a los astronautas pioneros, con ese mismo valor y esa misma confianza en hazañas bigger than life.
Pese a tanto heroismo -o precisamente por eso, por tratarse del relato épico asumido-, Elegidos para la gloria es un filme emocionante y de valor, muy bien interpretado, además, por la práctica mayoría de los nuevos talentos del firmamento de Hollywood. Lo raro sería comprobar cómo Kaufman, tan americano en esta película, supiera hallar-el tono europeo para La insoportable levedad del ser.
Elegidos para la gloria se emite a las 22.25 por TVE-1.