De Ungaretti a Valente
Un artículo de J. A. Valente publicado en EL PAÍS ha levantado una cierta polvareda que se ha reflejado en algunos artículos y cartas al director.Copio estas palabras de Ungaretti por si aportan alguna luz al debate abierto. Las recojo de uno de los textos más lúcidos y bellos que he leído sobre El Quijote:
"Sancho, de tanto acompañar a don Quijote, llega a preferir sus locuras, como buen político, a sobornarlas a sus fines, y un día hasta le prepara en El Toboso el suspirado encuentro con Ella, la divina Dulcinea, llevándolo ante tres mozas campesinas; don Quijote se arrodilla y llama gracia celestial a aquella de las tres toscas mujeres, la cual, por estar en el medio, debía ser seguramente Dulcinea. Ella, de cara redonda como una pelota y chata narizota, lo apartaba gruñendo y sacudiendo los hombros. Y él, desesperado: '¡Dios mío, Dios mío! ¡Tengo visiones y tomo un astro del cielo por una pobre labradora.? ¡Perdón, gracia celestial!. Entonces el Sancho estratega le silba a los oídos que sin duda de por medio hay un encantamiento; ese Sancho, el cual en efecto tenía madera de político, tal como estaba dando prueba de ello -y que un día en efecto sería gobernador de una isla, cuyo gobierno terminará mal, como había de esperarse, sin gloria- Sancho, por lo menos, ni siquiera en ese momento traicionará su buen sentido: ¡cuánta alegría en su corazón cuando finalmente le permitirán saberse bueno únicamente para cuidar ovejas!" (Giuseppe Ungaretti: Vida de un hombre. Monte Avila Editores).-