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El Gobierno concede a Solana un plazo de 16 meses para que arregle las deficiencias del servicio telefónico

El Gobierno ha concedido a Telefónica un plazo de 16 meses, hasta diciembre del próximo año, para que arregle de manera definitiva las deficiencias del servicio básico telefónico, de acuerdo con el plan especial de actuaciones elaborado por el equipo que preside Luis Solana. Este programa, que supone inversiones de 700.000 millones para Telefónica, fue presentado ayer oficialmente por el ministro de Transportes, Turismo y Comunicaciones, José Barrionuevo.

El presupuesto global del plan se distribuye en 200.000 millones de pesetas durante el último trimestre de 1988 y 500.000 millones para el conjunto de 1989. Las inversiones de Telefónica en el próximo ejercicio aumentarán un 42% respecto al presente año. El presidente de Telefónica ha señalado que la salud financiera de la compañía permite acometer este esfuerzo sin riesgos para la cuenta de resultados". No obstante, en el bienio 1988-1989, Telefónica ha tenido que incrementar sus previsiones iniciales de inversión en 120.000 millones, lo que exigirá probablemente en 1989 una subida de tarifas, inicialmente estimada en un punto por debajo de la previsión de inflación que estime el Gobierno.Tampoco se descarta alguna ampliación de capital para el próximo ejercicio.Los objetivos comprometidos por Telefónica, y sobre cuyo cumplimiento velará el Ministerio de Transportes a través de la Dirección General de Telecomunicaciones, consisten en la instalación durante estos 16 meses de un total de más de 2,3 millones de nuevas líneas de abonado, con lo que se pretende reducir la lista de espera a 398.999 teléfonos, frente a los 586.407 que actualmente representan la demanda insatisfecha de Telefónica. Asimismo, el plazo medio de cumplimiento en la instalación del teléfono, que ahora se sitúa en 7, 10 meses, tendrá que reducirse a 3,66.

Barrionuevo, notario

Hasta ahora, el presidente de Telefónica ha tratado de evitar a toda costa la determinación de plazos fijos en el proceso de recuperación del servicio telefónico que viene pronosticando desde hace tiempo. Sin embargo, con la presentación de este plan, Luis Solana se ha visto obligado a asumir directamente un compromiso ante el Gobierno. De hecho, Solana solicitó ayer públicamente al ministro Barrionuevo que actúe como notario de la evolución que, a partir de ahora, vayan registrando los parámetros del servicio, tanto en lo que concierne a la calidad de las comunicaciones como en la atención de la demanda.Pese a las intenciones anunciadas por Telefónica, fuentes de la compañía precisaron que el cumplimiento de los objetivos depende también en parte de la capacidad de respuesta que puedan demostrar el grupo francés Alcatel- Standard Eléctrica y la multinacional sueca Ericsson-Intelsa, en su calidad de suministradores. de conmutación pública de Telefónica. En realidad, los responsables de Telefónica son escépticos sobre las posibilidades de que disponen ambos fabricantes para atender los pedidos del monopolio. No en vano, durante 1989 se pretende instalar dos millones de líneas, lo que supone multiplicar por cuatro la demanda tradicional que Telefónica ha venido realizando anualmente a estos proveedores. Alcatel y Ericsson tratarán de cumplir estos compromisos de atención al cliente mediante el recurso de la importación de Francia y Suecia, respectivamente. No obstante, Telefónica ha iniciado ya negociaciones con American Telephone and Telegraph (AT&T) para la instalación del sistema de conmutación de la multinacional norteamericana (ESS-5) que es comercializado en Europa por el consorcio APT compuesto por AT&T y Philips.

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