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Agua, azucarillos y aguardiente

Las fiestas del Carmen, en los barrios de Chamberí y Vallecas, abren el calendario veraniego de festejos

Madrid está de fiesta: organillos, verbenas castizas, concursos populares, agua de cebada y chocolate con churros, fuegos de artificio y mucha marcha del personal, que es lo esencial. El largo calendario de festejos veraniegos acaba de abrirse con las fiestas de la Virgen del Carmen, e irá saltando de barrio en barrio y de pueblo en pueblo, casi sin interrupción, hasta bien entrado el mes de octubre. Las fiestas no las han iniciado con buen pie Santiago Carrillo y la gente de su partido, que ayer se vieron envueltos en un enfrentamiento con la Policía Municipal en el recinto festivo del barrio de Chamberí.

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Carrillo, en comisaría

Chamberí, distrito castizo y jaranero, celebra desde el miércoles una nueva edición de las fiestas del Carmen, al igual que hacían los vecinos del barrio a principios de siglo, cuando muchas de sus calles no existían. A pesar de los años transcurridos, algunas comunidades mantienen la tradición de adornar las fachadas de sus casas y repartir limoná a amigos y extraños. Las fiestas del Carmen, también celebradas en Vallecas, se convierten así en el anticipo de las grandes verbenas de San Cayetano, San Lorenzo y La Paloma.La plaza de Chamberí, los jardines del Canal de Isabel II y el Centro Cultural Galileo se repartirán este año los principales actos de los festejos, al igual que en los años veinte las barracas y aparatos se repartían por las calles de Luchana y Eloy Gonzalo. Uge, el estirao, como conocen todos a Eugenio Cardiel, de 77 años, maestro de baile, experto en organillo y cronista de Chamberí, recuerda la primera etapa de estas fiestas castizas. "En la zona, de nueva construcción, había entonces muchos chalés y la gente que participaba no era chulona de estas que arrastran las palabras y andan como si tuvieran un enjambre de parásitos dentro", dice este hombre, que, a pesar de su edad, sigue haciendo honor a su apodo.

Dicen las crónicas que la fiesta del Carmen se trasladó a Chamberí a principios de siglo desde el convento del Carmen, que se hallaba junto a la iglesia de San José, que permanece abierta en la confluencia de Alcalá con Gran Vía. Allí en el siglo XIX, el 16 de julio, fiesta de la Virgen del Carmen, se ponían puestos de figuras, rosquillas, frutas,, flores y plantas que, al pasar a Chamberí, fueron sustituidos por las casetas de tiro al blanco, tómbolas o juegos de la rana, tubos de la risa, carruseles y tiovivos, y por las exóticas barracas. donde se podía ver a la mujer barbuda.

Chamberí celebraba estas fiestas, que duraban unos 10 días, entre las glorietas de Iglesia y Quevedo y entre las plazas de Olavide y Álvarez de Castro. Asimismo, se celebraban quermeses, entre las que destacaba la que tenía como escenario el campo del Racing Club, en la calle del General Martínez Campos. "En esta quermés actuaba una banda militar y había concursos de chotis, de feos, de mantones y se elegía a miss Carmen, que solía ser la hija o la sobrina de un concejal o un tendero rico", recuerda Uge. "En todas las calles se ponían organillos y se adornaban las fachadas. El día del Carmen era obligado ir a la procesión, y por la noche muchas familias acudían a cenar a la plaza de Olavide, donde había tres bares que curiosamente se llamaban El Infierno, El Purgatorio y La Gloria", dice este chamberilero.

Las fiestas, con estas características, duraron hasta 1936, año en que se vieron suspendidas el 17 de julio ante los acontecimientos políticos, y volvieron a celebrarse tras la guerra hasta que, en los años sesenta, y a causa del tráfico, aparatos y barracas fueron trasladados a la zona de los Nuevos Ministerios.

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Hace unos ocho años, estas fiestas, como tantas otras, comenzaron a recuperarse y volvieron a ofrecerse en la plaza de Olavide, para pasar después a los jardines del Canal de Isabel II, situados en el cruce de las calles de Bravo Murillo y Cea Bermúdez, en donde se siguen celebrando. De hoy al domingo, además de la música castiza del maestro Izquierdo, actuarán allí Caco Senante, Ébano, Puturrú de Fua, la Orquesta Brass y Loquillo y los Trogloditas.

Si en la plaza de Chamberí el actor Juan Diego leyó el miércoles el pregón, antes de que se repartieran 200 litros de sangría, en la del Conde de Valle Suchil los niños podrán hoy disfrutar con juegos malabares, laberintos y parchís. También en el Centro Galileo hay programados espectáculos infantiles y zarzuela.

Mañana, día grande de los festejos, se celebrará misa solemne y ofrenda floral a la Virgen del Carmen en la parroquia de Santa Teresa y Santa Isabel, y en distintas calles, como Medellín o Juan de Austria, los vecinos, tras decorar las fachadas de sus casas, recobrarán la tradición de montar sus propias verbenas.

También el domingo terminarán las fiestas del Carmen en Vallecas. Desde hoy hasta el domingo, en la plaza Vieja, están previstos espectáculos infantiles, a media tarde, y actuaciones musicales por la noche, tales como Baila Jazz, el grupo rociero Jaleo, Jaleo, Taller de Zarzuela y Orquesta Jerusalem. En el Centro Pablo Neruda habrá hoy y mañana sainetes y baile con rondallas; y en la parroquia de San Ramón, mañana, misa y procesión. El acto más singular es la gran batalla naval que se desarrollará el domingo en el bulevar de Peña Gorbea. Por último, en la calle de Carlos Solé, está prevista hoy una maratón musical.

El 'rey' de Torrelodones

Dos pueblos conmemoran estos días la festividad del Carmen. Torrelodones, municipio de 6.000 habitantes situado junto a la autovía de La Coruña, y Valdelaguna, un pequeño pueblo cercano a Chinchón en el que viven 500 personas. Los actos comenzaron en Torrelodones el miércoles. Allí, desde el año pasado, se ha acabado con la marginación masculina y junto a la reina de las fiestas se elige al rey.

En Torrelodones las fiestas seguirán hasta el domingo. La música, los fuegos artificiales, el baile, el deporte, el teatro y las meriendas populares consumen los seis millones del presupuesto. Para amantes de los sobresaltos se recomienda la vaquilla del aguardiente, el sábado por la mañana. Se trata de desayunar en un recinto cerrado donde también está invitada una vaquilla. En Valdelaguna, el próximo domingo el programa prevé suelta de vaquillas y novillada.

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