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SORTEO DE LAS COPAS DE EUROPA

Seis extranjeros en el equipo de una multinacional

El Philips Sport Vereiging (PSV) Eindhoven es, como su nombre indica, el equipo de la multinacional Philips. Fundado en 1913 -este año celebra su 75 aniversario-, juega en el estadio Philips, para 27.000 espectadores, cuya iluminación -no hay que descuidar la imagen de marca- es la más potente y espectacular de Europa. El presupuesto del equipo para esta temporada es de 600 millones de pesetas, de los cuales un 25% lo cubre directamente Philips. La identificación entre la multinacional y el PSV es total; Philips da trabajo a 40.000 de los 250.000 habitantes de Eindhoven.Y, quizás para refrendar aún más el apoyo de la multinacional, el PSV presenta una plantilla con seis extranjeros: cuatro daneses (Arnesen -ex jugador del Valencia-, Nielsen, Heintze y Lerby), un noruego (Thoresen) y un belga (Gerets, que en su día fue acusado de amañar un partido en el Anderlecht). El reglamento holandés sólo permite a dos extranjeros por equipo. Pero a los dos años, los extranjeros pasan a gozar de los mismos derechos de los holandeses y dejan su plaza libre. La UEFA permite esta situación, porque acepta los reglamentos de las respectivas federaciones sobre la limitación de extranjeros.El PSV -que ha ganado nueve veces la Liga y en una ocasión la Copa de la UEFA (1978)- siempre ha sido el equipo rico de Holanda, y esa imagen le ha impedido alcanzar en popularidad al Ajax de Anisterdam. "El club no es muy popular en Holanda", explicó recientemente Hans van Breukelen, el portero del PSV. "Representamos a Philips, una multinacional, y eso significa dinero. Algo sucio, en definitiva". "A los holandeses no les gustan las personas con éxito, que tienen dinero", explica el manager Kees Ploegsma.

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El actual PSV, sin embargo, puede permitirse cierta prepotencia. Ha estado invicto en 25 de las 26 jornadas de la Liga -perdió el pasado domingo ante el Feyenoord por 2 a 1-, es líder con ocho puntos de ventaja sobre el Ajax, y ha marcado 95 goles -con una media de 3,6 goles por partido- por sólo 22 encajados.

La marcha de Gullit

El poderío del PSV está basado en el cambio de filosofía del equipo. Los técnicos dieron el visto bueno al traspaso de Ruud Gullit con la idea de construir un equipo basado antes en la fuerza del conjunto que en las individualidades. Gullit, elegido mejor jugador de Europa en 1987, fue traspasado al Milán por unos 1.000 millones de pesetas, la segunda cifra más importante del fútbol continental tras el fichaje de Maradona por el Nápoles. El éxito estuvo en la inversión del dinero. Por 354 millones de pesetas, el PSV fichó al danés Lerby -ex jugador del Bayern y del Mónaco, entre otros-, al delantero Gillhaus -procedente del Den Bosch- y recuperó al goleador Kieft -que había fracasado en Italia-.

Con ellos completó una plantilla corta, pero de excelente calidad. Entre los holandeses hay siete internacionales: el portero Van Breukelen, el defensa Ronald Koeman, los centrocampistas Willy van de Kerkhof -con 37 años, uno de los últimos jugadores en activo de la naranja mecánica de los años setenta-, Van Aerle y Vaneriburg, y los delanteros Kieft y Gillhaus.

El PSV de esta temporada sólo sabe jugar al ataque. Su entrenador, Gutis Hiddink, ha tenido éxito con la filosofía que imbuyó a sus jugadores al comienzo de la Liga. "El PSV estaba formado por un grupo de estrellas", explica Hiddink, "y su juego estaba basado en el contraataque. Me marqué como objetivo cambiar esa imagen. En Holanda, con buenos jugadores, hay que jugar al ataque. Mi equipo incluso va demasiado al ataque. No voy a quejarme, pero a veces destruye un poco el equilibrio".

En el bloque hay una estrella: Koeman. Recibió recientemente una oferta del Barcelona, que rechazó. Está considerado como el mejor jugador holandés que sigue en la Liga de su país.

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