La enfermedad de Valdano cuestiona a los servicios médicos del Madrid

La enfermedad del futbolista Jorge Valdano -padece hepatitis desde marzo- cuestiona a los servicios médicos del Real Madrid, a los que se acusa de llevar el asunto con tibieza. Valdano recibió hace más de una semana el visto bueno del especialista que le ha tratado de modo particular, el doctor Vicente Carreño, de la Fundación Jiménez Díaz, para que reanude la actividad deportiva. Sin embargo, todavía no cuenta con la preceptiva autorización médica de su propio club para reincorporarse a los entrenamientos.

El doctor Enrique González Ruano jefe de los servicios médicos del Madrid, no ha dado su conformidad para que Valdano, con el que mantuvo una reunión ayer, se ponga a las órdenes del técnico, Leo Beenhakker, y el preparador físico, Fernando Mata. Así, el delantero ha llegado a ejercitarse por su cuenta en alguna ocasión en un parque público. Según ha podido saber este periódico, los doctores de su club mantienen dudas sobre su caso y no se han apresurado a exponerlas, sino que han ido dando largas. El presidente, Ramón Mendoza, que se halla en Barcelona, tuvo que esperar hasta ayer para que González Ruano entregase al gerente, Manuel Fernández Trigo, el informe preciso que le había pedido hacía 15 días. González Ruano adujo como excusa su permanencia en el extranjero para asistir a diversos actos médicos. Valdano no quiere hacer declaraciones.

Los integrantes de los servicios médicos madridistas estudiaron ayer por la mañana el parte del doctor Carreño, en el que se especifica que la hepatitis de Valdano está en remisión. Esto no quiere decir que esté curada, sino que se encuentra en vías de la curación total, lo que no impide al jugador practicar deporte de alta competición. También se recoge en él que, aunque se corre el peligro, como en todo proceso hepático, de una reactivación de la hepatitis, el empeoramiento no se produciría por culpa de la realización de ejercicio alguno. El criterio de Vicente Carreño viene a coincidir, según Efe, con el de su colega británica Sheila Sherlock, una de las especialistas más prestigiosas del mundo y a la que Valdano visitó en Londres a instancias de Mendoza.