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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Sorteos por ordenador

En tiempos no lejanos, la normativa sobre oposiciones de Universidad comprendía, entre otros pasos administrativos, el sorteo de los miembros del tribunal (excepto el presidente, que se designaba a dedo). Para tal efecto se empleaban unas humildes y baratas, pero utilísimas e infalibles, bolitas numeradas y correspondientes a los nombres de los profesores en situación de ser incluidos en el sorteo. Ni que decir tiene que el lance era público y verificable en todos sus extremos. Pero llegó el PSOE, y con él el cambio, la modernidad y -¡oh, maravilla!- el ordenador.Concretemos: el pasado día 9 de junio, en el Consejo de Universidades, se celebró el sorteo por ordenador para una serie de plazas de Universidad, y cuál no sería mi sorpresa al comprobar que en la lista de catedráticos sorteables (único elemento visible y comprobable de todo el sorteo) de mi área de conocimientos aparecían 14 nombres "en activo", incluyendo dos jubilados y un fallecido el año pasado. Es decir, tres sobre 14, lo que supone un error de más del 20%. Por añadidura, para culminar el ridículo, en el sorteo salieron elegidos los dos catedráticos jubilados como vocales titulares del tribunal (perdón, de la comisión).

Entonces pregunté al gran preboste de la cosa (que, por cierto, había llegado con tres cuartos de hora de retraso) sobre tales anomalías, y la respuesta fue aún más divertida que todo lo anterior: yo debía solicitar a la Dirección de Universidades que para futuros sorteos eliminara esos nombres. Por consiguiente, los opositores (perdón, los concursantes) debemos subsanar los errores de incompetencia de la Dirección General de Universidades. ¿Es que el ministerio no sabe a cuántas personas tiene en nómina y por qué conceptos? ¿Es que las universidades tampoco? Aducir que había un plazo previo para presentar reclamaciones es incidir en lo mismo: somos los opositores quienes debemos contribuir a solventar el desbarajuste administrativo, porque la Administración, motu proprio, no tiene la menor intención de hacerlo. Pero es que llueve sobre mojado. El año pasado, en mi, misma área de conocimientos, en un concurso de méritos (sólo para catedráticos) para la universidad de Sevilla, el ordenador juguetón incluyó en el tribunal, amén de a un jubilado, ¡al opositor-candidato! ¿Hay quién dé más en esta España de la modernidad?.- Profesor titular de lengua y literatura árabes.

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