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España y Marruecos, dispuestos a globalizar sus relaciones

España y Marruecos desean globalizar sus relaciones bilaterales, afectadas también por intereses comunitarios y multinacionales convergentes, y en ese espíritu se inscribe la visita que ayer tarde inició a Rabat el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, acompañado de una importante delegación ministerial. El jefe de la diplomacia española conversó a solas durante 45 minutos con su homólogo Abdelatif Filali, y esta mañana será recibido en audiencia por el rey Hassan II.Con el contencioso político de Ceuta y Melilla al fondo, como una reivindiación inalienable marroquí, los temas que dominan las conversaciones de la delegación española tienen un contenido marcadamente económico, al terminar este mes el acuerdo pesquero bilateral y ante las presiones marroquíes para aprovechar la negociación de un nuevo acuerdo pesquero con la CE paralelo a una sustancial mejora de sus relaciones con la Comunidad. Marruecos considera gravemente deterioradas sus relaciones comerciales con la CE tras el ingreso de España. Uno de los temas sugeridos por España en esta visita será dar luz verde al libre tráfico comercial marroquí por territorio español, bloqueado en anteriores intentos por la oposición de los agricultores levantinos. Como cotrapartida, Madrid agradecería una prórroga marroquí y una buena disposición ante el tratado de pesca que expira el día 31, y que de no concluir la Comunidad uno nuevo para entonces obligaría a la flota española a amarrar los barcos que faenan en el banco marroquí.

Las conversaciones del ministro español con su homólogo Filali, y la que separadamente mantuvieron las dos delegaciones, comenzaron a las cinco de la tarde, hora local, (las siete en España), sin una agenda previa y sin que los portavoces de ambas partes pudieran especificar más allá de los grandes temas. Las conversaciones continuaron durante una cena que ofreció en su residencia particular el ministro Filali.

La jornada de hoy está totalmente condicionada a las directrices que se reciban de palacio, avisando de la hora en que el rey Hassan II recibe al jefe de la diplomacia española.

Ceuta y Melilla

Fuentes oficiales marroquíes admitían ayer que será con ocasión de la audiencia del rey Hassan donde únicamente puede ser evocado el tema de Ceuta y Melilla, una constante inevitable en cualquier tipo de contactos hispanomarroquíes y que subió de tono después que el pasado mes de enero, durante una audiencia al ministro del Interior, José Barrionuevo, el rey Hassan II enviará un mensaje proponiendo la creación de una célula de reflexión, encargada de analizar el futuro de las dos ciudades españolas en el Norte de África.Tanto en medios españoles como marroquíes insisten en que los temas más destacados de esta visita tienen un carácter más económico que político. La pesca, en víspera de que termine el acuerdo firmado en 1983 y las relaciones entre Marruecos y la CE, unas relaciones en las que España está llamada a jugar una decisivo papel de eslabón, son hoy más importantes que la morbosa evocación colonial de Ceuta y Melilla.

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Para España es especialmente significativa la actitud que tome Rabat a partir del 1 de agosto. Si para entonces la CE no ha llegado a un acuerdo con Marruecos, la flota española que faena en los caladeros marroquíes -unos 750 barcos de Andalucía y Canarias de los que dependen económicamente 150.000 personas- tendría que amarrar.

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