El papel tampoco acude al cierre
Las expectativas que despertó el cierre anterior se han visto defraudadas por una serie de circunstancias que han hecho de esta última sesión un simple trámite. En primer lugar está el propio mercado, demasiado desconfiado ante el futuro inmediato para apostar con fuerza por el descenso del IPC de mayo. En relación a este asunto, el informe semestral de la OCDE ha enfriado bastante los ánimos al situar el crecimiento del IPC para este año en un 0,75% por encima de las previsiones gubernamentales. La casi total ausencia de órdenes cursadas a través de los bancos también ha sido un elemento a tener en cuenta, al descender considerablemente el volumen de negocio.No obstante, los tanteos compradores y la falta de papel se han prodigado a lo largo de la mañana y han conseguido que los precios registrasen un avance casi generalizado, aunque no demasiado importante. Tal vez hayan sido los valores bancarios los que han desentonado en una jornada en la que todo resultaba equilibrado, pues los avances que se permitieron, entre 5 y 35 enteros para los siete grandes, tampoco respondían al volumen negociado ni a la diferencia entre papel y dinero.
Esta ha sido una jornada más en la que el componente esencial ha sido la falta de papel, lo que coincide con la convicción que muestra la mayoría de los operadores sobre la conveniencia o no de vender en estos momentos. La mayoría de ellos se inclina por permanecer en el mercado, aunque a corto plazo no son excesivamente optimistas: Las posiciones al cierre venían a confirmar esa opinión, pues ya fuera de hora se produjeron algunos tanteos compradores, después de que los últimos corros empezas en a perder fuerza. El caso es que se ha conseguido superar la barrera del 230% gracias a la paciente espera de los potenciales vendedores.