Clavel fatal
El segundo concurso de ballet de Eurovisión, transmitido en directo desde Alemania por la segunda cadena el día 31, tuvo un alto nivel, exceptuando los concursantes de Finlandia y de España.Valdría la pena preguntarse quién escogió tan equivocadamente a la bailarina española, precisamente en un momento en que la cantera en este país despunta alentadoramente y hay material humano donde seleccionar. La pobre chica, con apenas tres cursos de ballet, además de la peor vestida, fue la menos entrenada, sin estilo ni seguridad en su variación clásica y tópicamente cargada de clavel y mantón en la parte moderna, algo que producía vergüenza ajena. El programa, estructurado con pequeños vídeos de presentación, hundió a España en el último puesto en cuanto a inventiva.
Se debió tener en cuenta el triunfo de Arantxa Argüelles en 1985 en este mismo concurso, y cuidarse al máximo esta edición. Arantxa fue seleccionada por la anterior dirección del entonces Ballet Nacional Clásico y no por Televisión Española. En el vídeo de los triunfadores tampoco estuvo la Argüelles, pues la desidia de los responsables del concurso en España ni siquiera contempló el avisarla del evento. El segundo premiado de 1985 fue mimado por la televisión sueca, que presentó un corto de muy buena calidad técnica. Eurovisión había cursado esta invitación a España desde hace más de un año.
