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Teresa Martínez Randulfe

Una gallega, embajadora de Costa Rica en España

España y Costa Rica son los dos únicos países que tienen una mujer al frente de sus respectivas sedes diplomáticas en Madrid y en San José. Al nombramiento de Mercedes Rico como embajadora española, el Gobierno costarricense replicó un año después designando a una mujer como su representante en la capital de España. Pura casualidad. Teresa Martínez Randulfe, una gallega de Orense, está casada desde hace 20 años con un ingeniero costarricense que hoy es ministro de Obras Públicas en su país.

El nombramiento de la única representante diplomática de Costa Rica se produjo como consecuencia de la confianza política depositada por el presidente Óscar Arias, con quien la hoy embajadora trabajó en el partido Frente de Liberación Nacional desde mucho antes de que Arias fuera siquiera diputado.Las raíces americanas de la diplomática costarricense datan de hace diez años, cuando, después de vivir en algunos países europeos, el matrimonio decidió instalarse en San José. Hoy, la orensana Teresa Martínez es la embajadora de Costa Rica en Madrid, la única mujer en ese cargo del servicio exterior costarricense y la tercera entre el cuerpo diplomático de Madrid (las otras dos representan a Panamá y a Canadá).

Poco después de llegar a San José, Teresa Martínez Randulfe se integró plenamente en la vida costarricense, hasta el extremo de que los trámites para su cambio de nacionalidad son muy recientes. "Yo me consideraba y sentía tan costarricense como el primero. Pero, sí, había que pasar por el papeleo", dice. "El país me conquistó inmediatamente, y desde el primer momento me sentí en casa", añade.

Su fácil y pronta integración la llevó a participar activamente en la vida política del país, a través del Partido de Liberación Nacional (FLN), en el que se inscribió, y donde ocupó diversos puestos, siempre muy cerca del joven político Óscar Arias, antes de ser diputado en la Asamblea Legislativa. Trabajó en diversas áreas del FLN, y en las pasadas elecciones de 1986 fue asesora política del candidato Arias. Con su nombramiento, Teresa Martínez pasó a ser la primera mujer embajadora de Costa Rica, una situación que la halaga especialmente, aunque trate de quitarle importancia. "En mi país la mujer tiene mucha relevancia en la vida política. Actualmente hay una vicepresidenta y varias viceministras", añade, matizando las ternúnaciones femeninas.

Licenciada en literatura, nunca ejerció la carrera, que terminó "por libre, después de casarme a los 18 años". Su marido, Guillermo Constenla, al que conociera en Madrid siendo estudiante de ingeniería en el ICAI, es actualmente ministro de Obras Públicas y Transportes. "Siempre hemos mantenido muy independientes nuestras profesiones", explica para justificar el sacrificio de la separación geográfica. Sus dos hijas, de ocho y nueve años, viven con ella en Madrid. Aunque su vocación política despertara en Costa Rica, Teresa Martínez debía tener algunas condiciones innatas para la "cosa pública" que le venían de familia, "probablemente heredadas del sentido de solidaridad que nos inculcó mi padre, a mí y a mis seis hermanos", señala. Y así parece ser. Uno de sus hermanos es diputado autonómico por Esquerda Galega y otro senador de AP por Orense.

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