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James Baker reitera el compromiso de la Adminitración de Reagan de reducir los déficit fiscal y exterior de EE UU

James Baker, secretario norteamericano del Tesoro, reiteró ayer en París el firme compromiso de la Administración de Ronald Reagan de reducir en 40.000 millones de dólares (del 6,3% en 1983 al 3,9% del producto nacional bruto en 1988) el déficit fiscal de la economía estadounidense, que superó los 220.000 millones de dólares el pasado año. Baker, que hizo similar promesa en relación al déficit por cuenta corriente, insistió en que el dólar "ya ha caído lo suficiente", e hizo un llamamiento a Japón y la República Federal de Alemania (RFA) para que estimulen sus economías por la vía fiscal y, en el caso japonés, mediante la apertura de su mercado.En su intervención ante el consejo ministerial de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el secretario norteamericano presentó un panorama de la situación económica occidental mucho más optimista que la nota confidencial del secretario general de la organización, Jean-Claude Payé, que alertó sobre la amenaza en ciernes de una recesión mundial. Baker, con todo, estimo que existen factores de preocupación", sobre todo si Japón y la RFA no adoptan medidas de mayor expansión fiscal que faciliten el consumo interno y propicien el comercio mundial.

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Pero ni el ministro de Economía alemán occidental, Martin Bangemann, ni el representante japonés en el primer día de sesiones del consejo, el ministro de Asuntos Exteriores, Tadashi Kuranari, prometieron grandes milagros para ayudar a afrontar la situación de estancamiento global que podría venir a falta de sustitución en la labor propulsora de la economía norteamericana. Bangemann insistió en que la RFA no acudirá a recortes fiscales significativos hasta 1988 y el representante japonés se limitó a perfilar el plan económico de estímulo presentado por su primer ministro días antes de la reunión, hace un mes, del comité interino del Fondo Monetario Internacional.

Plan japonés

En espera de lo que suceda en la cumbre económica de Venecia, que reunirá a los jefes de Estado o de Gobierno de los siete grandes dentro de un mes, los japoneses aclararon ayer que su país dedicará 30.000 millones de dólares de su excedente exterior a ayudar a las naciones en desarrollo, al tiempo que se perfila un programa de incremento del consumo intemo con un total de 40.000 millones de dólares. Todo ello, dijo el japonés, contribuirá a reducir los desequilibrios existentes en el comercio mundial.Baker, por su parte, lanzó también un mensaje excesivamente optimista sobre la estrategia seguida en la denominada gestión del problema de la deuda externa y dijo que los acontecimientos de las últimas semanas (seguramente se refería a la renegociación de la deuda mexicana y a las conversaciones en marcha con Brasil) confirman que "se está en el buen camino".

El norteamericano reiteró que los bancos comerciales deben completar el plan que lleva su nombre con un "menú de diferentes opciones" para los países deudores, basado en la idea de que se necesita más dinero en estas naciones para estimular el crecimiento.

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