Antonio Hernández Mancha fue descalificado por la oposición sin necesidad de que interviniera el Gobierno
El candidato a la presidencia del Gobierno por Coalición Popular, Antonio Hernández Mancha, recibió ayer la crítica de todos los grupos de la oposición, a excepción del suyo, ante su programa, presentado a través de una moción de censura al Gobierno que preside Felipe González. La voz del Ejecutivo se escuchó por medio del vicepresidente, Alfonso Guerra, que descalificó de antemano el programa del líder aliancista. El Gobierno se mantuvo en actitud pasiva dado que los portavoces de la oposición hicieron el trabajo de criticar al aspirante pasando a reeditar el debate sobre el estado de la nación celebrado el pasado mes. La moción será votada el lunes y AP sólo contará con el apoyo del diputado de Unión Valenciana y previsiblemente de PL.
Los grupos de la oposición reprocharon en primer término a Hernández Mancha el no haber establecido consultas previas en aras a obtener el apoyo de éstos para su programa. Los portavoces apuraron sus turnos con brevísimas referencias al motivo de la sesión y pasaron a referirse a la acción del Gobierno de Felipe González dado que consideraron ocioso entrar en la entelequia de un Gobierno presidido por Hernández Mancha. El otrora coaligado de AP Óscar Alzaga, presidente del PDP, ni siquiera dedicó una frase al programa del candidato. Toda vez que éste le reprochó tal actitud, Alzaga respondió que en ningún momento habían adquirido el compromiso de votar para la presidencia del Gobierno a Antonio Mancha.Una vez finalizado el discurso de Hernández Mancha, que se prolongó durante dos horas y cinco minutos, las críticas de pasillos fueron incesantes, aunque posteriormente se reconoció que el candidato fue más ágil en las respuestas improvisadas a los portavoces que le atacaron en muchos casos despiadadamente. "El Parlamento es un gran teatro y Hernández Mancha se ha equivocado en el fondo y en la forma", comentó un parlamentario cercano al anterior portavoz de AP, Miguel Herrero.
El declive de la atención de la Cámara se produjo aproximadamente 30 minutos después de que el candidato hubiera comenzado su intervención, a pesar de que el vivo debate entre Juan Ramón Calero, encargado de presentar la moción por AP, y el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, hubieran dejado el ambiente muy caldeado. Juan Ramón Calero aplicó una técnica muy efectista reprochando "el relajo" de Felipe González cuando la sociedad "está agobiada". Calero se ayudó con profusión de citas del discurso de Alfonso Guerra correspondientes a la moción de censura que el PSOE presentó a UCD en 1980. En dos ocasiones utilizó al secretario general de UGT, Nicolás Redondo, para señalar sus discrepancias con el Gobierno. Redondo, desde su escaño, rechazaba esas referencias con gestos ostensibles.
La victoria del PSOE
La intervención de Calero fue acogida con silencio a excepción del pasaje que dedicó a interpretar cómo el PSOE había ganado las últimas elecciones. "Han enviado a sus activistas casa por casa, hablando de las dos Españas", fue una de las frases acogidas con disgusto entre los socialistas, así como la calificación de "votantes empedernidos" a los ciudadanos que votan al PSOE.
Toda vez que Calero afirmó que el triunfo del PSOE había sido una "victoria triste", Alfonso Guerra bromeó señalando que para Alianza Popular "Io suyo habrá sido una derrota alegre". Guerra utilizó profusamente la ironía e intentó con fingida ingenuidad comprender qué motivos habían podido llevar a AP a presentar esta moción de censura, cuando el objetivo principal de este instrumento, cual es el de formar Gobierno, resulta numéricamente imposible. Guerra apuntó como posibles causas la proximidad de las elecciones municipales y el deseo de dar a conocer a la opinión pública a Hernández Mancha.
El vicepresidente del Gobierno tuvo buen cuidado de no responder a ninguna de las críticas concretas de Calero remitiéndole a las respuestas que dio el Gobierno hace un mes en el debate sobre el estado de la nación. "Ustedes son la derecha reaccionaria vestida de populismo y utilizan el discurso de la más vieja derecha", espetó, para descalificar la nueva imagen que AP quiere ofrecer. A esto Hernández Mancha le respondería que el PSOE representaba una opción cavernícola.
Tras la descalificación, el vicepresidente intentó inquietar al candidato con la advertencia de que esperaba que en su discurso ofreciera "respuestas concretas" a la selectividad estudiantil, a la Seguridad Social y a la despenalización del aborto, entre otras cosas. Sobre esto último no se pronunció Hernández Mancha.
Hernández Mancha alternó la lectura de medidas con la crítica al Gobierno, entremezclando expresiones cultas con populares. Así llamó "currantes" a los trabajadores y utilizó la expresión echar a los americanos".
La sesión continuará hoy con la intervención de los representantes del CDS y del Grupo Socialista, y, al final, previsiblemente, habalará el presidente del Gobierno, Felipe González.
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