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El sector inmovilista del deporte desbarató la asamblea del Comité Olímpico Español

JUAN MORA La aprobación de los nuevos estatutos del Comité Olímpico Español (COE), que incluían la convocatoria de elecciones, quedó aplazada al 20 de enero, después de que los sectores más inmovilistas de este organismo, los consejeros de honor y los miembros por elección, desbarataran la asamblea. El principio de acuerdo al que llegaron las federaciones no sirvió para nada, y el Pleno tomó un rumbo confuso hasta que Anselmo López advirtió que el COE está rayando la ilegalidad. Alfonso de Borbón continúa en la presidencia, pues su destitución está ligada a la aprobación de los estatutos

.El ambiente que se respiraba ayer en el COE era el de lo días grandes. Expectaciones parecidas sólo se recordaban cuando se debatió la presenci española en los Juegos Olímpicos de Moscú 80 o cuando se convocó la asamblea extraordinaria para destituir al anterio presidente, Romá Cuyás. Esta ban incluso los miembros más infrecuentes en los plenos, como Anselmo López, Raimundo Saporta y Pablo Porta

La asamblea reunía los ingredientes necesarios para que el interés estuviese justificado. Por un lado, se quería restar poder a las federaciones n olímpicas; por otro, se esperaba que se produjese el fin del man danto de Alfonso de Borbón Había un principio de acuerdo entre todas las federaciones para llegar a la aprobación de unos estatutos que dieran la mayoría a las federaciones olímpicas en las votaciones. La aprobación de estos estatuto significaba la inclusión de una disposición transitoria con arreglo a la cual todos los cargos se pondrían a disposición de la asamblea y se procedería a la convocatoria de elecciones. Alfonso de Borbón dejaría así la presidencia y Carlos Ferrer Salat, en torno a cuya figura existe un claro consenso, tendría el camino abierto para llegar hasta ella. Una maniobra imprevista, capitalizada por los sectores más inmovilistas del COE, con los que las federaciones no habían contado para elaborar el borrador de los estatutos, impidió que la asamblea tuviera e desenlace esperado. La maniobra consistió en la aparición de otro proyecto de estatutos cuya inclusión en el orden del día se consiguió con el 20% de las firmas. Por petición expresa de Tomás Pelayo Ros, ex delegado nacional de deportes, y de Antonio Navarro, ex secretario del mismo organismo, que fueron apoyados por Luis Soriano, ex presidente de la Federación de Motociclismo; Francisco Masa, de la de Boxeo, y Alberto San Román, de la de Balonmano, se logró que estos estatutos paralelos fueran debatidos punto por punto, en votación secreta.

La duración de la asamblea, con estas premisas, habría sido, según el secretario general de la misma, Manuel Fonseca, de 16 horas. Además, los promotores de esta iniciativa lanzaron la advertencia implícita de que ellos no estarían dispuestos a aprobar el otro proyecto de estatutos elaborado con el principío de acuerdo de las federaciones, para lo que hacía falta la conformidad de los dos tercios de los presentes.

Anselmo López realizó a continuación una llamada al orden, que fue definitiva. López advirtió que la Carta Olímpica sólo reconoce para los comités olímpicos nacionales la composición de 40 federaciones, 30 olímpicas y 10 no olímpicas. Se llegó entonces al acuerdo de posponer la asamblea al día 20 de enero, después de que todas las partes que han elaborado estatutos llegaran a un acuerdo para presentarlos al Pleno.

Ataques a Ferrer y De Hoz

Al inicio de la asamblea, Alfonso de Borbón lanzó durísimos ataques a Carlos Ferrer Salat, candidato para sucederle en el cargo, y al ex vicepresidente del organismo Juan Manuel de Hoz. Alfonso de Borbón calificó a De Hoz, presidente de la Federación de Atletismo y dimitido recientemente como vicepresidente del COE, de desestabilizador y le convirtió en cabecilla del grupo de oposición que ha promovido "presiones y inentiras" desde que él tuvo acceso a la presidencia "porque quien la preside no era su candidato". De Hoz lamentó después "que el presidente haya dicho cosas que no son ciertas".

Alfonso de Borbón aludió a Carlos Ferrer Salat cuando hizo mención a que había existído una utilización indebida del anagrama olímpico cuando se enviaron cartas a los empresarios para que patrocinaran la candidatura olímpica de Barcelona 92. Ferrer Salat no replicó al presidente.

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