Huir de lo fácil
Nieto del empresario valenciano Luis Suñer, uno de los hombres más ricos de España, Adrián Campos tenía muy fácil integrarse en la estructura empresarial de su familia. Sin embargo, renunció pronto a la fácil sopaboba para, adentrarse por la dura, difícil y siempre peligrosa vía de la competición automovilística. Dejar el lujo y la comodidad por la sacrificada vida a la que se ve forzado cualquier piloto en los comienzos de su carrera deportiva no debió de ser sencillo para Adrián Campos. Pero, pese a verse obligado a tomar una decisión tan impórtante a muy temprana edad, nunca dudó en hacer lo que quería.Hasta ahora, en su corta carrera deportiva, Campos, de 26 años, contó siempre con el apoyo económico de Avidesa, una de las empresas de su abuelo. Pero jamás actuó como el niño de papá que consigue lo que quiere a golpe de talonario. Una vez más, optó por lo difícil, al aportar sólo el dinero justo para tener la posibilidad de demostrar su valía.
Cuatro temporadas -en 1982 corría en España en una fórmula de promoción- le han bastado para llegar a la cima. Un tiempo muy corto para tan largo camino, y sin recurrir a la fácil ayuda del talonario. Soñó con ser piloto y alcanzar la Fórmula 1. Ya lo ha conseguido.
