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La letra del Tesoro, futuro instrumento para financiar el déficit del Estado, será sometido a retención fiscal

El Ministerio de Economía y Hacienda pondrá en marcha el próximo año un nuevo instrumento financiero, la letra del Tesoro, con el doble objetivo de obtener recursos con los que equilibrar el déficit público sustituyendo en parte a los pagarés y que sirva como referencia del precio del dinero para el resto de los activos financieros, públicos y privados, que se pongan en circulación. La aparición de la letra del Tesoro representará una mayor clarificación del mercado y ayudará a mantener en un buen nivel las cuentas de resultados de bancos y cajas de ahorro en su tramo de coeficientes obligatorios.Los responsables de Economía y del Banco de España estudian en estos días la forma para poner en circulación un nuevo activo financiero a corto plazo que sustituya al pagaré del Tesoro. La letra tendrá un período de amortización bastante más corto que los actuales pagarés, en torno a los seis meses, y, sobre todo, tendrá una fiscalidad clara y no servirá de refugio para el dinero negro por cuanto sufrirá una retención en origen y su titularidad será conocida por el fisco.

La decisión de poner en marcha un instrumento de estas características, dirigido al público en general y a las instituciones financieras, se explica por el rechazo que viene teniendo el pagaré del Tesoro en los últimos meses como consecuencia de la reducción de su rentabilidad. Ahora el pagaré está siendo adquirido de forma casi exclusiva por las instituciones financieras, que tienen que destinar el 10% de sus pasivos computables a la suscripción de estos títulos.

Durante los primeros meses de 1986 el pagaré ha sido un refugio fiscal buscado por los poseedores de dinero negro y una inversión relativamente atrayente para aquellos que, aún declarando su posesión, obtenían una rentabilidad suficiente.

Pero, desde el verano, los inversores privados se han ido retirando de estas emisiones y no han renovado la cartera de pagarés que iba venciendo. Al final, solo bancos y cajas han comprado estos activos con una rentabilidad inferior al 8% anual y ello como consecuencia de la obligatoriedad de cubrir el coeficiente monetario.

Diferenciar activos

Las instituciones financieras vienen reclamando desde hace varios meses la necesidad de diferenciar los activos destinados a canalizar el dinero negro y aquellos que tienen que suscribir por motivos de política monetaria y de financiación del déficit público por la distinta rentabilidad que se obtienen de ambos títulos.La reiteración de estos argumentos parece haber calado en las autoridades económicas que están dispuestos a sacar la letra, algo similar al pagaré, pero con retención fiscal, lo que permitirá elevar los tipos de interés. La idea del Ministerio de Economía es que en el coeficiente monetario los bancos y cajas de ahorro podrán computar no sólo la cartera de pagarés que tengan sino también la que puedan constituir con las nuevas letras.

Ello elevará la rentabilidad media de este coeficiente de forma sustancial y por lo tanto aumentará los ingresos de la cuenta de resultados de estas instituciones. Los pagarés del Tesoro quedarán entonces reducidos a ser un activo donde se pueda refugiar el dinero negro de forma casi exclusiva, lo que hará que pierda parte de su atractivo incluso para este tipo de inversores.

Al perder el beneficio fiscal que tienen los pagarés del Tesoro el tipo de interés que resulte de las subastas de las letras representará mejor las tendencias del mercado en cuanto al precio del dinero y la Administración logrará poder contar, por fin, con un elemento de referencia por el que se rija el mercado, a pesar de que ello represente abandonar algunas viejas ideas fiscales.

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